Beato Ambrosio Fernandes

Ambrosio Fernandes (1551-1620) murió en prisión dos años antes de que los jesuitas con los que había sido arrestado fueran ejecutados en la Colina de los Mártires de las afueras de Nagasaki. El H. Fernandes partió en 1571 de Portugal, donde había nacido, para la India, en la esperanza de hacer fortuna. Sirvió en la armada portuguesa y trabajó para diversos mercaderes, antes de tener una vivencia de conversión durante un durísimo viaje hacia Japón. Allí hizo voto de entrar en la Compañía si no se hundía la nave. Como no sucedió así entró en la Compañía de Jesús en 1579.

Desempeñó diversas funciones como misionero en Nagasaki, ocupándose de la comunidad y sirviendo de intérprete. Cuando los misioneros fueron expulsados el año 1614, el permaneció en Japón y siguió trabajando en la clandestinidad. Ayudaba al P. Carlo Spinola.

cuando la policía arrestó a ambos y a su catequista Juan Kingocu.

Atados con sogas alrededor del cuello, llevaron a Fernandes y a sus dos compañeros, hasta una prisión que se encontraba a 12 millas de Nagasaki. La cárcel estaba hecha de estacas, sin techumbre alguna que aliviara a los detenidos del calor del verano o las tempestades del invierno. La intemperie, la falta de alimentos y lo limitado del espacio afectaron profundamente Fernandes que contaba ya 69 años. Murió tras 13 meses de prisión.

Mártires de Japón