Cuidar de nuestra Casa Común

Trabajar, con profundidad evangélica, en la protección y renovación de la creación de Dios

Cuidar de nuestra Casa Común

Trabajar, con profundidad evangélica, en la protección y renovación de la creación de Dios

Cuidar de nuestra Casa Común

La realidad - cómo están las cosas

La creación hoy está gritando como nunca antes, luchando por ser liberada (Romanos 8). La crisis ambiental actual está afectando de manera particular a los pobres y a los vulnerables. Se necesita urgentemente la acción por parte de los cristianos y de todas la gente de buena voluntad. Si queremos ser custodios honestos de este maravilloso planeta, naciones y pueblos enteros necesitan una conversión ecológica. Aún podemos cambiar el rumbo de la historia.

El sueño de Dios

Nuestra fe desea que la creación sea cuidada y renovada. Una forma de vivir completamente nueva se abre como consecuencia de una relación personal y apasionada con Jesús. Recibimos la gracia de ir más allá de nosotros mismos. Obtenemos nueva fortaleza para cuidar (Laudato Si', 208) a otros y a la creación (LS, 217). Podemos vivir con un nuevo horizonte, abrazando la visión de Jesús del Reino de Dios, de un mundo y un ecosistema renovados y transformados donde todos somos hermanos y hermanas, responsables el uno con el otro.

Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el sexto día.

Génesis 1:31

Nuestra respuesta

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En este momento vital en la historia de nuestro mundo, la Compañía de Jesús se compromete a responder a este llamado de nuestro Creador en los próximos diez años. En particular

Nuestros centros de educación superior desean identificar áreas en las que pueden marcar la diferencia y contribuir a un cambio de mente y de corazón.

Nuestros centros sociales estudiarán las causas fundamentales, colaborando con el sector de la educación superior y con otros que compartan nuestras preocupaciones.

Las escuelas pueden asegurarse de que las nuevas generaciones estén informadas y puedan incorporar este asunto/problema con su fe.

Los centros espirituales y pastorales, las parroquias y las capellanías pueden trabajar juntos para recalcar la conciencia del llamado de Dios en esta área.

¿Qué hacer?


• Escucha el llamado de Dios a través de la oración en la pestaña ¿Cómo orar?

• Asume tu responsabilidad: recicla la basura, no desperdicies energía ni agua, compra productos inocuos / amigables con el medio ambiente.

• Apoya la agenda pro-ecológica.

• Aprende más sobre temas ecológicos en EcoJesuits.

• Inspira a otras personas compartiendo este sitio con tus amigos.


Génesis, Capítulo 1

“Y Dios consideró que esto era bueno.”


Papa Pablo VI, Octogesima Adveniens, 1971, 21

“Debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación.”


Patriarca Bartolomé, citado en Laudato Si’, 8

“Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados.”


El Cántico de las criaturas de Francisco de Asis

Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.

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