La Conferencia Jesuita de los Provinciales Europeos (JCEP) tiene su sede en Bruselas. Esto no es coincidencia. Bruselas es considerada la capital de Europa. La Comisión Europea y varios consejos y comités de las instituciones europeas tienen su sede en esta ciudad. Así, los jesuitas de Europa muestran interés en el buen funcionamiento de esta gran comunidad civil: en la mayoría de los países de la Unión Europea, la Compañía de Jesús está presente, realizando su misión.

Es desde este profundo arraigo en la historia, la evangelización y el análisis social en Europa que la Conferencia de Provinciales ha decidido dirigirse, en un comunicado ampliamente difundido, a los dirigentes de las instituciones europeas. Los jesuitas insisten en la construcción de una auténtica solidaridad ética y social en el momento actual de la pandemia. La declaración se produce en el 75º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y 70 años después de la declaración de Robert Schumann, a menudo considerado el “padre de Europa”, que tenía por objeto “asegurar que la Unión Europea supere la amenaza existencial que supone la actual falta de apetito por la solidaridad internacional”.

El documento de la JCEP expresa cómo la pandemia de coronavirus ha reforzado la conciencia de una interconexión que vincula a todos los pueblos de Europa más allá del individualismo. Los Superiores Mayores de los jesuitas europeos invitan a los gobiernos de los países en los que viven a redescubrir en sus raíces cristianas la cercanía entre todos los seres humanos. Una interconexión que descubren como una fuente de cambio y solidaridad que debe abordar las diferentes llamadas que han hecho en los últimos meses en pro de la solidaridad con los más pobres, el futuro del planeta, los pueblos del Sur, los refugiados y los migrantes. En resumen, los jesuitas piden que se replantee el actual modelo de globalización, lo que implicará necesariamente una cierta redistribución de la riqueza de los países ricos a los pobres.

El documento recoge declaraciones y escritos del Papa Francisco que, según la JCEP, ofrecen una visión integral de la solidaridad multifacética que necesitamos hoy en día. En este sentido, el mensaje es también una llamada a la interioridad, para ver la crisis actual como una oportunidad espiritual para la conversión.

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