“Señor, el que amas está enfermo.”
La oración: una forma de vivir, tanto si se está
enfermo como si se acompaña a los enfermos. El director de la enfermería de las
Casas Internacionales de Roma, el padre Alfredo del Risco, propone dos
oraciones inspiradas por los monjes de la Iglesia occidental, según la
tradición de una de las abadías más famosas de Italia, el monasterio de Bose.
Oración del enfermo
Señor, Dios mío, aquí estoy ante ti:
Estoy enfermo, Señor, y tú conoces mi aflicción.
Tú conoces mi cansancio; también conoces mi miedo.
Tú que dijiste que venías para los enfermos,
ven a mí, Señor Jesús,
y con tu presencia, restablece mi fe,
mantiene mi esperanza para no ser confundido,
haz que mi amor sea fuerte para que acepte ser amado
y busque seguir amando.
Señor, en mis noches, sé mi luz,
hazme sentir la comunión con todos los santos del cielo.
Te ofrezco mi cuerpo, te ofrezco toda mi vida.
Soy tuyo, nunca me dejes. ¡Amén!
Oración por el acompañante de un enfermo
Señor Jesús, nuestro Salvador,
el que amas está enfermo
y rezo con él y por él.
Estoy aquí al lado del que sufre.
y sólo deseo que mi amor, Señor,
pueda hacer que su enfermedad y su ansiedad sean menos penosas.
Señor, envía tu Espíritu Santo:
para que nos consuele a todos,
que nos arroje luz sobre el misterio de la vida y la muerte,
que fortalezca nuestra comunión.
Señor, médico de nuestras vidas,
el que amas está enfermo;
Muéstrate como el que consuela y cura. Amén.