Es una tradición presente en muchas universidades, y también en las universidades de la Compañía: abrir, con el apoyo del departamento de comunicación y la ayuda de jóvenes profesionales de la radio, una emisora de radio que sirva no sólo a la comunidad universitaria, sino a la región entera en que se inserta la universidad. Es el caso de la Universidad de la Compañía de Jesús en Ciudad de México, la IBEROamericana CDMX. Radio IBERO emite en FM en la frecuencia 90.9. Está además presente en Internet y las plataformas en que se mueve la generación más joven.

En Ciudad de México son 32 las emisoras de radio FM... ¿cómo encaja entre ellas Radio IBERO?, ¿cómo hace presente el espíritu ignaciano, del que esta universidad de la Compañía quiere ser testimonio en la sociedad mexicana? Nos reunimos con el director de la emisora, Alejandro Cárdenas.

Alejandro, ¿cómo definirías Radio IBERO? ¿Qué caracteriza su programación?

Yo diría que somos una “radio social”, nos situamos entre una radio comunitaria y una radio pública. Así quiero describir una emisora que piensa mucho en la comunidad a la que pertenece, que es Ciudad de México, y que asume a la vez su vocación pública tratando de seguir los principios de los medios de comunicación de servicio público, como son los de continuidad, gratuidad e innovación. Nos escuchan los jóvenes, jóvenes en edad y jóvenes de espíritu.

Intentamos ofrecer una programación que equilibre segmentos de palabra hablada con otros de música, pero también creemos que el discurso musical -la música que emitimos- genera reflexión cultural. La nuestra es música entretenida... música para un “entretenimiento inteligente”. En general, la música que transmitimos es alternativa, emergente, no comercial; pretende ampliar el espectro cultural del público de la Ciudad de México.

¿Y hay radioescuchas para este tipo de programación?

Sí, porque si miramos los índices de audiencia de las 32 emisoras de FM de Ciudad de México, ocupamos el centro de la lista: ¡nada mal para una emisora alternativa! En cuanto a las emisoras públicas, estamos entre las tres primeras, junto con la radio estatal IMER (Instituto Mexicano de la Radio) y Radio UNAM (de la Universidad Nacional Autónoma). Nuestros oyentes tienen normalmente entre 18 y 35 años, pero hay también personas mayores que han permanecido fieles a nuestra emisora a lo largo de sus 20 años de existencia. Se trata principalmente de estudiantes universitarios, un público culturalmente exigente, aunque no necesariamente de alto nivel económico.

La Universidad IBERO CDMX es una institución de la Compañía, ¿se refleja esto en la programación?

Sí, especialmente en la promoción de una variedad de géneros musicales y la diversidad de voces que ofrecen contenidos informativos. Nuestra directriz es promover de inclusión social de la universidad. Ofrecemos mucho espacio a los miembros de la comunidad universitaria: entre 100 y 150 profesores y estudiantes participan regularmente en los programas a lo largo del año. Además, damos voz deliberadamente a los grupos de la sociedad civil que la universidad apoya a través de su impulso de defensa social: grupos indígenas, migrantes, grupos implicados en la igualdad de género, los derechos humanos y la seguridad ciudadana.

¿Contribuye la emisora a la misión de la Compañía de Jesús? La atención a los más pobres, el acompañamiento de los jóvenes, la preocupación por el medio ambiente, el abrirse a los caminos que llevan a Dios...

Sí, es cierto. No he mencionado la ecología, pero dedicamos un espacio específico a este tema. Tenemos un programa semanal sobre derechos humanos y otro sobre cuestiones de género, así que estos temas están necesariamente presentes en la programación de cada semana. Aunque se mencionan también a lo largo de la programación, en otros programas.

Tenemos vínculos con diversas organizaciones de la Compañía, como el Centro PRO y el CIAS (Centro de Investigación y Acción Social), especialmente cuando nos ofrecen contenidos informativos. Por ejemplo, recientemente fue liberada una mujer indígena en Guatemala, tras ocho meses de encarcelamiento injustificado. El departamento de migración de la universidad, junto con otras organizaciones jesuitas, había hecho campaña para su liberación. Otros medios de comunicación habían informado brevemente sobre el caso: nosotros lo convertimos en tema central.

Para terminar, ¿qué le hace sentirse especialmente orgulloso como director de Radio IBERO?

Estoy orgulloso del hecho de que la emisora haga posible que se escuche a artistas, a los grupos de músicos y a personas implicadas en la sociedad civil, a las víctimas de violaciones de los derechos humanos. Todas estas personas están agradecidas a nuestra emisora, porque ofrece un espacio de sensibilización y de apertura, un complemento a otros medios de comunicación. Al final, si bien es cierto que la IBERO 90.9 no es un espacio político, sí es un espacio de reflexión que ofrece a los universitarios un campo de libertad con trasfondo ético, un entorno donde pueden entrar en contacto directamente con los actores reales de la sociedad.