Liberar los corazones del odio
En Kazajistán, el 15 de septiembre, el Papa Francisco apoyó con fuerza el proyecto fundamental de los jesuitas en la región para la paz y un futuro mejor: liberar los corazones del odio. Esto salió de su conversación con los compañeros jesuitas que se reunieron allí durante el breve viaje del Santo Padre para participar en el congreso de Líderes de religiones del mundo.
Aunque los jesuitas no están presentes en Kazajstán, fue la treintena que trabaja en Rusia, Bielorrusia y Kirguistán la que se reunió con él en Astana. Como siempre, Francisco quiso que el encuentro estuviera marcado por el diálogo, la apertura y la fraternidad.
El director de la revista La Civiltà Cattolica, el jesuita Antonio Spadaro, estaba allí y,
como suele hacer, ofreció a los lectores de la revista un relato exhaustivo de
los intercambios. Se habló mucho de la guerra en Ucrania y del compromiso de la
Santa Sede por la paz. Pero también de la Argentina, de los consuelos y
preocupaciones del Papa, y de los vínculos con los ortodoxos.