Beato Eduardo Oldcorne

Beato Eduardo Oldcorne

Eduardo Oldcorne

Beato

  • Death: 04/07/1607
  • Nationality (place of birth): Inglaterra

Edward Oldcorne (1561-1606) desarrolló un largo y fructífero ministerio en Inglaterra, trabajando 16 años en la misma residencia. Ralph Ashley (desconocemos el día de su nacimiento, 1606) había entrado en la Compañía en Valladolid, España, como hermano, pero fue enviado con urgencia a su país de procedencia, Inglaterra, para que recobrara la salud. Medida que se reveló eficaz hasta que fue arrestado con el P. Oldcorne, al que cuidó ocho años.

Oldcorne había nacido en York de padre no católico y madre católica, cuyo valor fue un verdadero ejemplo para su hijo cuando fue encarcelada por su fe. Éste interrumpió sus estudios de medicina y se trasladó a Rheims, en Francia, en agosto de 1581 para prepararse al sacerdocio. En 1583 viajó hasta Roma donde acabó los estudios y fue ordenado sacerdote. Poco después pidió ser admitido en la Compañía de Jesús; le permitieron acabar el noviciado en muy poco tiempo, pensando en las circunstancias tan difíciles que habría de afrontar a su vuelta a Inglaterra. Tomó tierra en una remota playa cercana a Norfolk en noviembre de 1588, y se unión a un grupo de marineros que viajaban a Londres, donde se alojó con el P. Henry Garnet, superior de los jesuitas en Inglaterra. Tras unos pocos meses le destinaros a Hinlip Hall en las afueras de Worcester, donde disfrutaría de uno de los períodos más largos de trabajo continuado que un jesuita hubiera pasado en Inglaterra.

El señor de Hinlip Hall era un ferviente católico, que estaba en prisión y había dejado la propiedad al cuidado de su hermana Dorothy, una protestante que había formado parte de la corte de Isabel y apenas toleraba la presencia de huéspedes sacerdotes en la residencia de su hermano. Varios sacerdotes habían tratado en vano de atraerla de nuevo al catolicismo de la familia, pero ella se había resistido a esos esfuerzos. Oldcorne comenzó a ayunar por su conversión; cuando ella se enteró de este ayuno se doblegó a la gracia de Dios y en adelante supuso un impulso para muchos otros que comenzaron a volver a la religión católica en la región. Aquella casa se convirtió en la base de operaciones de los jesuitas, y muchos venían pidiendo los sacramentos y a escuchar la predicación de Oldcorne, cuyo éxito era paralelo a la mala salud que le acompañaba desde su llegada a Inglaterra. Tenía un cáncer de garganta que le dejó una penosa voz ronca, pero que no le impidió seguir predicando. Hacia 1591 hizo una peregrinación al santuario de St. Winifred para pedir la curación. Volvió con el cáncer curado.

Los católicos esperaban el fin de la persecución a la muerte de la reina Isabel y el advenimiento al trono de Jacobo I, el 24 de marzo de 1603. Éste había prometido ser más tolerante, pero de hecho la persecución se recrudeció. Algunos laicos católicos, exasperados, conspiraron para volar el Parlamento durante la visita que iba a realizar el rey, el 5 de noviembre de 1605. Al ser descubierto el complot aumentó el odio hacia los católicos; el gobierno estaba decidido a implicar a los jesuitas en el que se comenzó a llamar “Gunpowder Plot” (conspiración de la pólvora), a pesar de que los que estaban detrás habían sido ya hechos presos. El superior de la Compañía, padre Garnet, decidió abandonar Londres y buscar refugio en Hinlip Hall, donde había más escondites que en ninguna ora mansión de Inglaterra. El hermano Nicholas Owen, constructor de esos escondrijos, lo acompañaba. Estos dos jesuitas se unieron a Oldcome y Ashley.

El 20 de enero de 1606 el sheriff de Worcestershire, junto con más de 100 hombres, llegó a la casa y tuvo que emplear varios infructuosos días buscando a los sacerdotes. Un hombre que había sido arrestado por estar implicado en la conspiración creyó poder ganarse el favor de las autoridades diciéndoles que él podía llevarlas hasta el P. Oldcorne. Por fin, al cuarto día, el hambre forzó al hermano Ashley y a su compañero, el hermano Owen, a abandonar el lugar donde se escondían. Cuatro días después los dos sacerdotes salieron de sus escondites débiles y enfermos. Los cuatro fueron llevados a la Torre de Londres.

Todos los intentos por encontrar pruebas de culpabilidad espiando las conversaciones entre los prisioneros fueron inútiles, y entonces sometieron a Oldcorne a la tortura del potro, cinco horas al día durante cinco días consecutivos. Se negó a hablar. Y cuando Oldcorne, junto con Ashley, fue llevado a juicio, negó los cargos de estar implicado en la conspiración de la pólvora, y lo hizo tan eficazmente que cambiaron la acusación por la de ser simplemente sacerdote jesuita. Fue declarado culpable de alta traición y se dio orden de ejecutarlo. Justo antes de que lo ahorcaran el delator pidió perdón, y Oldcorne se lo concedió inmediatamente, pidió por el rey y la familia real, por sus acusadores y por el juez y el jurado que le condenaban. Tras ser ahorcado descolgaron el cuerpo aún vivo. Lo decapitaron y lo descuartizaron. El hermano Ashley le siguió en el patíbulo.

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Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ