Beato Julián Nakaura

Beato Julián Nakaura

Julián Nakaura

Beato

  • Death: 10/21/1633
  • Nationality (place of birth): Japón

Julián Nakaura murió en el tormento de la fosa en Nagasaki el 21 de octubre, menos de tres meses después de Nicolás Keian Fukunaga. Nakaura era hijo de un samurái cristiano muerto en combate cuando Julián tenía sólo dos años. Criado por una madre muy devota entró en el seminario al llegar a edad escolar. Estudiaba allí cuando el P. Valignano lo eligió para formar parte del grupo de cuatro “jóvenes embajadores” que preparaba para visitar con él Roma y otras ciudades europeas.

Uno de los principales objetivos de aquel largo y peligroso viaje era ser recibidos por el papa. El día de la audiencia Julián tenía fiebre muy alta y apenas podía mantenerse en pie cuando tuvo que acercarse al papa. Cuando el anciano papa Gregorio XIII, a sus 84 años, vio ante si a aquel niño, que apenas se mantenía sobre sus piernas y tiritaba de fiebre, se levantó, le abrazó con cariño y los que se encontraban cerca vieron lágrimas en sus mejillas. Para Julián el recuerdo del cálido recibimiento y la bendición determinaron el curso futuro de su vida, y seguramente fueron su sostén durante los largos años de trabajo clandestino y en las horas terribles de la fosa. Los cuatro jóvenes volvieron de Europa el 21 de julio de 1590. Habían estado fuera de Japón ocho años y medio. En 1590 empezó Julián el noviciado en Amakusa, y dos años más tarde hacía los votos. Pasó luego a Macao para completar los estudios de teología. Volvió a Japón cuando aún no era sacerdote, en 1604, y le destinaron al trabajo pastoral, primero en Arima, luego en Kyoto y por fin en Hakata. El año 1608 se realizó su sueño y fue ordenado sacerdote.

Al revés que Nicolás Fukunaga, Julián no dejó Japón con los misionarios que marchaban el exilio en 1614. Fue uno de los 27 jesuitas que permanecieron en Japón para seguir trabajando en secreto. Como sacerdote clandestino visitaba y predicaba a los cristianos perseguidos en diversos lugares de la isla de Kyushu. Viajaba a pie y de noche, vestido de laico, alojándose en las casas cristianas de remotos pueblos rurales. La persecución de los cristianos se hacía cada vez más intensa. Muchos misioneros europeos que se habían quedado en el país fueron arrestados, encarcelados e incluso ejecutados. Probablemente el hecho de ser japonés hizo que Julián pudiese eludir por tanto tiempo su captura y seguir con sus viajes. Pero años de tensión y de vivir escondido le dejaron por fin tan exhausto que a veces era incapaz de caminar y tenían que trasladarlo de un lugar a otro en una litera.

Finalmente, a finales de 1632 Julián fue capturado, y llevado a la prisión de Nagasaki. Tras nueve meses de cárcel, el 18 de octubre, fue sometido al tormento de la fosa. Algunos japoneses que hablaban portugués, y que se hallaban presentes a la escena, narraron que, mientras se encontraba colgando sobre la fosa proclamaba en alta voz para ser oído por todos: “Soy Julián Nakaura, el que fue a Roma”.

Falleció el 21 de octubre, en su cuarto día de fosa. Sus últimas palabras fueron: “Acepto este gran padecimiento por amor a Dios”.

Mártires de Japón

Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ