Blessed Anthony Ishida

Blessed Anthony Ishida

Anthony Ishida

Blessed

  • Death: 09/03/1632
  • Nationality (place of birth): Japan

Gran predicador y apologeta de la Iglesia, Antonio Ishida (1570-1632) trabajaba con los jesuitas como catequista antes de entrar en el noviciado de la Compañía en 1589. Estaba estudiando teología cuando Taikosama Hideyoshi dio orden de ejecutar a 26 mártires, entre los que se contaban los jesuitas Pablo Miki y sus dos compañeros. Ishida permaneció escondido hasta que se restauró la paz con la muerte de Taikosama en 1598. No conocemos con claridad la fecha de ordenación de Ishida, pero sabemos que era un predicador de gran elocuencia y un gran defensor de la Iglesia japonesa. Conocía bien el budismo y con frecuencia tomó parte en disputas de contenido religioso con bonzos budistas. Pasó a la clandestinidad cuando comenzó la gran persecución en 1614 con el decreto del Shogun Iyeyasu que prohibía la fe Cristiana y daba la orden de expulsión de todos los misioneros. El P. Ishida desarrolló su ministerio en Hiroshima y sus alrededores, siempre bajo algún disfraz. Fue arrestado en 1616, pero años más tarde fue dejado en libertad, al morir el daimio que le había hecho preso. Entonces Ishida se trasladó a Nagasaki, donde continuó su actividad pastoral clandestina 10 años más.

Arrestado finalmente en 1629, el gobernador de Nagasaki le trató con respeto, en incluso hubiera decidido dejarlo libre si no hubiera sido por miedo a que el shogun se enterase de que se comportaba con tanta tolerancia. Tras dos años de prisión, Ishida y sus compañeros - tres sacerdotes agustinos, un sacerdote japonés y un terciario franciscano – fueron sometidos a tortura en un intento de forzarles a abjurar de la fe cristiana. Les llevaron hasta un volcán extinguido con balsas de agua hirviendo donde les sumergieron seis veces al día a lo largo de 33 días, hasta que sus cuerpos no eran sino heridas abiertas. Finalmente les devolvieron a Nagasaki y les condenaron a arder en la hoguera, con la leña dispuesta de modo que ardiera lentamente. Sus cenizas fueron arrojadas al mar.

Mártires de Japón

Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ