San Juan Francisco Regis

San Juan Francisco Regis

Juan Francisco Regis

San

  • Death: 12/31/1640
  • Nationality (place of birth): Francia

Juan Francisco Regis (1597-1640) trabajó con católicos muy abandonados tras el conflicto civil entre calvinistas y católicos que devastó Francia. Gran parte del sur de Francia había caído bajo el control de los hugonotes, que destruyeron iglesias y asesinaron a sus sacerdotes. Los misioneros del país como Regis tenían el deber de revivir una fe antes tan intensa.

Regis había nacido el 31 de enero de 1597 en Fontcouverte, al sur de France. Entró en el noviciado en Toulouse el año 1616 y estudio humanidades, filosofía y teología. Su primer destino fue enseñar en el colegio de la Compañía en Pamiers, y más tarde, en 1632, fue enviado a Montpellier para ayudar al obispo en su tarea de devolver la fe al pueblo. Fueron dos años de notable éxito apostólico como misionero. El obispo le buscó en Viviers, pero él ya se había convertido en constante viajero para el resto de su vida. Pasaba de una ciudad a otra en una zona de dura orografía montañosa, en la que viajar era empresa difícil, especialmente en invierno.

Se quedaba en una parroquia varios días dando sermones, sencillos y sinceros, que salían de un corazón muy cercano a Dios. Oía confesiones, celebraba la Misa y catequizaba a los niños. Visitaba también las cárceles y recogía alimentos y ropa para los pobres. A mediados de diciembre de 1640 estaba dando una misión en Montregard, pero tuvo que interrumpir su trabajo allí para volver a su casa en Le Puy porque se le habían presentado síntomas de una posible muerte cercana. Quería prepararse para la muerte, así que hizo un retiro de tres días antes de hacer confesión general. Luego, junto con su compañero el hermano Claude Bideau, volvió a Montregard para terminar la misión.

El 23 de diciembre los dos partieron para Lalouvesc, donde tendría lugar la misión siguiente, pero estalló una tempestad de nieve invernal y se perdieron, teniendo que pasar la noche en una choza miserable. Al día siguiente pudieron seguir para Lalouvesc, donde encontraron que les esperaban. Sin permitirse ni unos minutos para comer y descansar, Regis comenzó inmediatamente a predicar, a continuación escuchó confesiones y celebró la Misa. Acudió tanta gente a confesarse que no pudo interrumpir hasta la hora de la Misa de medianoche. Tanto el día de Navidad como el siguiente los pasó en el confesionario. La gente se apiñaba tanto que tuvo que ponerse a confesar en la sacristía, donde una ventana rota dejaba pasar el aire helado directamente sobre él. A la caída de la tarde se sintió desfallecer y súbitamente perdió el sentido. Le metieron en la cama del párroco, pero la gente le seguía a donde fuese, aún allí, pidiendo confesión. Cayó en estado de inconsciencia y el médico que le atendía confirmó que tenía una pulmonía. Nada se pudo hacer. Regis resistió hasta el 31 de diciembre, en constante oración.

Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ