San Pablo Denn

Pablo Denn había nacido en 1847, diez años antes que León Ignacio Mangin, pero ambos murieron juntos en 1900 en el pueblecito de Zhujiahe, orando en la iglesia parroquial junto con los que se negaban a abjurar de su fe durante la rebelión de los bóxers. Los bóxers eran una sociedad secreta china que comenzó a perseguir a los cristianos en 1898; se calcula que los muertos en aquella persecución llegaron a 30.000.

El P. Magin había nacido en Metz, Francia, y entró en la Compañía en 1875. Marchó hacia la misión de China, estudió teología y lengua china y fue ordenado en 1886. Llegó a Zhujiahe en 1900: el número de habitantes subió de 400 a su llegada, hasta casi 3.000, a causa de las amenazas de atque que sufrían. Mangin procedió a fortificar la población lo mejor posible y a almacenar provisiones. Pidió al P. Denn que abandonara un pueblecito cercano y se le uniera en Zhujiahe. Denn era también francés y había trabajado de empleado de banca antes de esntrar en la Compañía para ser misionero. Había sido ordenado en China el año 1880.

Los boxers (que a los que los ingleses habían dado este nombre por los ejercicios gimnásticos que hacían) atacaron la población fortificada el 15 de julio de 1900, pero los habitantes fueron capaces de repelerlos. Tampoco tuvieron éxito en un nuevo ataque al día siguiente, pero entonces 2.000 soldados del ejército imperial interrumpieron su marcha hacia Peking (hoy Beijing) para dar refuerzo a los bóxers. Cuando Mangin vio la magnitud de los fuerzas de ataque supo que el pueblo estaba perdido. Algunos pudieron escaparse al amparo de la noche, pero los dos jesuitas prefirieron quedarse con su rebaño.

Los atacantes construyeron torres que les permitieran saltar las barricadas, y la mañana del 20 de Julio se abrieron camino hacia el interior de la población. Los dos jesuitas reunieron a las mujeres y a los niños dentro de la iglesia y se pusieron a rezar con ellos preparándose para lo que pudiera ocurrir. Los pocos hombres aún con vida se introdujeron en la capilla poco antes de que los bóxers destrozaran las puertas de la iglesia y se enfrentaron a la comunidad católica. Era la última oportunidad que tenían de renunciar a su fe, decían. Pocos les hicieron caso. Entonces empezó el tiroteo. Denn entonó el “Confiteor” y Mangin pronució a fórmula de la absolución. Fueron de los primeros en morir, luego los atacantes dispararon contra la comunidad y comenzaron a atravesar a las personas con sus espadas antes de poner fuego a la techumbre. Sus huesos permanecieron en el lugar hasta 1901, cuando, recogidos y puestos en ataúdes, fueron enterrados en una nueva iglesia erigida en aquel mismo lugar. La muerte se llevó aquel día 1.370 católicos.

Mártires de China

Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ