Ismael Moreno (Padre Melo) tiene razones para esperar

2019-11-06_sjes-congress-melo_main

Ismael Moreno, de la Provincia de América Central, vive en lo que él llama un país inexistente para los medios de comunicación: Honduras. Un país de violencia e injusticia. La vida de este jesuita ha sido la de un profundo compromiso en la misión de fe y justicia, especialmente por medio de la defensa de los derechos de los pobres. Este compromiso le ha merecido y le sigue mereciendo amenazas, y hasta amenazas de muerte. El primer día del Congreso del SJES, cuando se examinaban diversas formas de actividad de apostolado social de la Compañía de Jesús, le pedimos que compartiera su experiencia.

¡Sorpresa! Este hombre, atacado por todas partes por las fuerzas de la muerte, comenzó su intervención así: “En mi vida, nada hay más hermoso que el hecho de haber recibido el regalo de defender los derechos humanos de la gente más indefensa y oprimida, y hacerlo en nombre de Dios y desde mi fragilidad como jesuita”.

El tema de su testimonio: cómo inspirar esperanza en nuestro apostolado social. Esta esperanza viene en primer lugar del Dios de la Vida. En medio de la violencia y de la muerte, recibe la vida del Señor que sabe llevar la luz a las tinieblas. Percibe las aspiraciones de Dios hacia nuevos amaneceres. A otro nivel, su esperanza se aviva gracias al recuerdo de los mártires de la lucha por la fe y la justicia. Durante sus 42 años de compromiso, ha conocido a un buen número de ellos, muchas mujeres y hombres de todas condiciones sociales, pensadores y activistas, creyentes y no creyentes por igual. Fueron asesinados. Pero su reminiscencia no le deja en paz; estos mártires alimentan sus sueños y sus días, lo remiten a Jesús de Nazaret. Los mártires, añade, eran personas imperfectas, con sus fragilidades. Pero estaban dispuestos a dar sus vidas... lo que hicieron.

Al evocar a esas personas asesinadas en medio de tanta violencia, la voz del Padre Melo se rompe cuando menciona a su compañera de trabajo Berta Cáceres. Había programado estar con ella para una actividad la noche anterior a su asesinato. Le llamó para decirle que estaba retenido en otro lugar demasiado lejos de donde ella se hallaba; él le hizo el reproche de haberle advertido demasiado tarde... ¡Y fue esa noche cuando la mataron!

La esperanza de Ismael Moreno se debe también a la generosidad de la gente sencilla con la que vive y trabaja. Siempre están listos y deseosos de compartir lo poco que tienen, e incluso de ofrecerle el mejor acomodo en su hogar. La esperanza es debida también a su equipo de trabajo, un gran número de laicos, hombres y mujeres, inspirados por la espiritualidad de la Compañía de Jesús, entusiastas y alegres, a pesar de un escaso salario. La comunidad jesuita – una comunidad de hombres comprometidos, a veces sometidos a la mirada sospechosa de sectores más institucionales de la Iglesia e incluso de la Compañía - es también fuente de esperanza en medio de un contexto a menudo lúgubre, mientras que el servicio a los pequeños se nutre de la fe y de la solidaridad.

Resumiendo, el Padre Melo ha dado un espléndido testimonio de la vida que lo anima, la de Jesús de Nazaret que manifestó su amistad con los pobres y los excluidos.

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Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
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El Servicio de Comunicaciones de la Curia General publica noticias de interés internacional sobre el gobierno central de la Compañía de Jesús y sobre los compromisos de los jesuitas y sus partenarios. También se encarga de las relaciones con los medios de comunicación.

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