El Padre General en Cataluña – 1ª etapa: el IQS
El P. Arturo Sosa, como Superior General de la Compañía y en pleno Año Ignaciano, celebra este año la fiesta de San Ignacio en Manresa, España. Este emblemático lugar recuerda a los jesuitas y a toda la familia ignaciana que fue aquí donde Ignacio de Loyola reflexionó y oró largamente meditando sobre su vida; también fue aquí donde puso las bases de lo que serían los Ejercicios Espirituales. Tras aterrizar en Barcelona, el padre Sosa fue invitado por los jesuitas a visitar una institución universitaria en cierto modo única, el IQS (Instituto Químico de Sarriá). Dedicado originalmente a la docencia e investigación en el campo de la química, como atestiguan sus siglas, este centro ha diversificado su oferta ampliándola a otros ámbitos, especialmente tecnológicos.
El Padre General tuvo ocasión de reunirse con los miembros de la Comisión del Centenario de la Asociación de Antiguos Alumnos, fundada en 1921, cinco años después de la fundación del IQS en Barcelona, en el barrio de Sarriá. La Comisión tuvo oportunidad de presentar al P. Sosa los objetivos que se propone la asociación para los próximos años, en estrecha comunión con el IQS y con su propósito de formar científicos y técnicos imbuidos de los valores humanos y cristianos.
El
presidente de la entidad de la que depende el IQS, la Fundación Privada IQS, Centro de Enseñanza Técnica Superior, es el
padre Enric Puig Jofra. Él resumió en detalle la historia y los compromisos originales
de este centro universitario. En 1905, la Compañía de Jesús fundó el “Laboratorio
de Química del Ebro” (Provincia de Tarragona, Cataluña). En 1916 se trasladó a
Barcelona, al barrio de Sarriá: había quedado establecido el actual IQS. A
partir de 1984, la institución dejó de depender legalmente de la Compañía de
Jesús y pasó a manos de la Fundación
Privada IQS, apoyada por la Compañía de Jesús. El Delegado del Provincial
para Cataluña nombra a los miembros del “Patronato” de nueve miembros que
dirige la fundación. Tres jesuitas forman parte del Patronato, entre ellos el
P. Puig Jofra como presidente.
Cuando se le pregunta si la química, la ciencia, la ingeniería y la administración de empresas - las líneas principales de los programas del IQS - son áreas donde se puede vivir el espíritu de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía, el P. Puig responde:
“El lema de nuestra institución es ‘Persona, Ciencia y Empresa’. Creemos que esto nos permite integrar la formación que damos con la realización de las Preferencias Apostólicas Universales. Nuestra Cátedra de Ética y Pensamiento Social Cristiano se encarga de formar a los alumnos en estos aspectos según cursan cada uno de los grados que impartimos. El mismo equipo se ocupa asimismo de los aspectos más vivenciales dirigidos a aquellos alumnos que buscan un mayor compromiso: acompañamiento espiritual, celebraciones, retiros, Ejercicios Espirituales o voluntariados.”
Enric Puig Jofra ve su papel como el de asegurar que la formación que ofrece el IQS mantenga su carácter integral. Se trata de que quienes pasen por esta escuela superior adquieran una sólida formación humana y cristiana a la vez que una sólida preparación académica que los habilite para poder ocupar puestos de responsabilidad en sus ámbitos de competencia.
La pregunta que surge es la siguiente, ¿es esto factible? Hablamos de esto con un estudiante de ingeniería química, un jesuita, Alain Pitti Djida. He aquí su testimonio:
“Soy
un jesuita camerunés, químico de formación, ordenado sacerdote en 2019. En el
IQS hice un máster en Química Farmacéutica e Ingeniería Química y estoy haciendo
un doctorado en la misma especialidad. Mi trabajo de investigación tiene como
objetivo diseñar un medicamento contra un virus que afecta a la yuca y el
tomate y así mejorar la producción local, lo que sin duda tendrá un impacto
importante en la mejora de las condiciones de vida de la población africana.
Creo que la Compañía en África puede hacer una aportación de gran valor en este
sentido.
Mi interés por la química viene de mi adolescencia. En el colegio, se me daba bien hacer experimentos de química. En la universidad, antes de ingresar en la Compañía de Jesús, opté por estudiar química aplicada. Durante el magisterio, enseñé química en el Colegio Liberman de Douala. Luego, como parte de un proyecto de nuestra Provincia, me enviaron aquí, a Barcelona, para especializarme en química farmacéutica. El objetivo es crear un laboratorio de producción farmacéutica dentro de nuestro Centro Hospitalario Universitario (CHU) Le Bon Samaritain, en Ndjamena, Chad. Espero realmente que este proyecto tome forma para que la población más pobre pueda beneficiarse de todos los conocimientos que he adquirido durante estos años de duro trabajo.
Nuestra segunda Preferencia Apostólica nos invita a ‘Caminar junto a los pobres y los excluidos’. Para mí, en el contexto africano, esto implica mejorar las condiciones de salud de nuestros pueblos; implica también transmitir conocimientos científicos e impartir formación. Incluso puedo decir, sin exagerar, que el hecho de que la Compañía quiera dar respuesta a la necesidad de asistencia sanitaria de calidad en África, especialmente en el Chad, es un ‘signo de los tiempos’. Por mi parte, la especialización en este ámbito de las ciencias biomédicas es mi respuesta a la llamada a caminar junto a los pobres y excluidos de nuestras sociedades en África y donde quiera que sea”.
Una
vez más, con ocasión de una visita al IQS de Barcelona, el Padre General ha
tenido oportunidad de comprobar la enorme variedad de los compromisos adquiridos
por la Compañía de Jesús que, considerando en este caso el campo de la
enseñanza superior, mantiene el rumbo adecuado con vistas a llevar a cabo la
misión que le ha sido confiada por el Señor: hacer que la vida, tanto humana
como espiritual sea cada vez mejor, especialmente pensando en los pobres y en
las nuevas generaciones.