La Compañía de Jesús participa en la misión compasiva de Jesucristo

Dentro de muy poco, con motivo de la celebración de la clausura del Año Ignaciano, el Padre Arturo Sosa, Superior General, consagrará la Compañía de Jesús al Corazón de Jesús.

¿Por qué?

Hoy, 24 de junio, es la fiesta del Sagrado Corazón. Está ligada a una devoción que puede que parezca anticuada en algunas de sus expresiones, con procesiones y cánticos que acentúan el sufrimiento de Cristo en la cruz.

Sin embargo, esta celebración ocupa un lugar especial en la tradición espiritual de la Compañía de Jesús, al menos desde hace 150 años. De hecho, en 1872, el entonces General, el P. Jan Beckx, consagró la Compañía al Sagrado Corazón por primera vez. Y hace 50 años, el padre Pedro Arrupe lo hizo de nuevo. El año 2022 es, por lo tanto, también un año de jubileo para dicha tradición, que se puso especialmente de relieve en el santuario de Paray-le-Monial, en Francia. Allí, el jesuita P. Claude de la Colombière y Marguerite-Marie Alacoque invitaban a los fieles a disfrutar de las gracias de bondad, misericordia y ternura que representa el corazón de Jesús.

Más recientemente, el director de la Red Mundial de Oración del Papa, el P. Frédéric Fornos, después de hacer un recorrido de la historia de la devoción al Sagrado Corazón en la Compañía, ha concluido precisando que uno de los caminos de oración propuestos por la Red se llama “Camino del Corazón”. Este itinerario es una actualización para día de hoy de la devoción al Corazón de Cristo. Se trata de una presentación coherente del tesoro espiritual del Apostolado de la Oración a la luz de los Ejercicios Espirituales. Lleva nuestros corazones más cerca del Corazón de Cristo, haciéndonos disponibles para su misión, una misión de compasión para el mundo.

Para terminar, citamos estas palabras del Papa Francisco con motivo de la fiesta del Sagrado Corazón:

Este amor, esta fidelidad del Señor manifiesta la humildad de su corazón: Jesús no vino a conquistar a los hombres como los reyes y los poderosos de este mundo, sino que vino a ofrecer amor con mansedumbre y humildad.