El Padre General visita una Provincia “joven”: Madagascar

Con motivo de la Asamblea Plenaria de los Superiores Mayores de la Conferencia de África y Madagascar, el Padre Arturo Sosa está conviviendo diez días con los malgaches. Acaba de estar dos días en el sur del país visitando diversas obras. Durante la reunión preceptiva con los Provinciales y después de ella, continuará su visita por la región de la capital, Antananarivo.

El Provincial de Madagascar, P. Fulgence Ratsimbazafy, propuso en su día que hablásemos con el rector del Escolasticado de San Pablo de modo que pudiera hacernos un bosquejo de esta Provincia situada en el Océano Índico. A continuación reproducimos las palabras del padre Roger Randrianarimalala.

Padre Roger, ¿cómo nos presentaría a su Provincia, sus puntos fuertes y débiles, su dinamismo y los retos que debe afrontar?

La Provincia de Madagascar es una Provincia “joven” en dos sentidos: Porque tiene pocos años, ya que en 2021 acaba de cumplir 50 años de existencia, y en términos demográficos, porque la edad media de sus miembros es de unos 55 años. En el año 2022, somos 278.

La misión de Madagascar echó hondas raíces en el país desde la llegada de los primeros misioneros en 1855. El creciente número de vocaciones a la Compañía nos permite dar continuidad a esta misión evangelizadora. Actualmente estamos presentes en 12 de las 22 diócesis del país, lo cual refleja la buena colaboración que existe con la Iglesia de Madagascar. Los jesuitas trabajan en diversos sectores: acompañamiento espiritual, educación básica y secundaria, educación superior, apostolado parroquial, apostolado social e intensamente en la formación de los jóvenes jesuitas.

El número de jesuitas jóvenes en formación (más del 53% de sus miembros) sigue siendo un gran reto para la Provincia. La continuidad de la misión parece estar asegurada, pero necesitaremos tiempo y paciencia si tenemos en cuenta la duración de la formación.

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Madagascar - Escolásticos jesuitas: deporte y fraternidad.

Usted es rector del escolasticado y, por lo tanto, convive con jesuitas en formación. Háblenos de los jóvenes jesuitas malgaches, de sus raíces en el país, de su cultura, de lo que les motiva espiritualmente.

Esperanza junto con dudas forman parte del paisaje que veo cuando contemplo a nuestros jesuitas jóvenes. Tenemos esperanza en el futuro. Nuestros jóvenes son entusiastas y generosos en su compromiso. Pero se desaniman fácilmente ante la dura realidad de la vida y las exigencias que afronta la Compañía universal.

En general, nuestros jóvenes, como tantos otros jóvenes del país, sufren los efectos de un sistema educativo que no ha favorecido su maduración. Se sienten atrapados por el sistema. Les resulta difícil encontrar orientación, perspectivas claras. Descubren el carácter universal de la Compañía de Jesús sólo en una etapa tardía de su formación. Ellos entraron a formar parte “de la Provincia de Madagascar”. Quizá se sientan desprovistos de medios - especialmente de medios intelectuales - al compararse con otros jóvenes jesuitas de la Compañía universal.

Pero, paradójicamente, los jóvenes malgaches se las arreglan para seguir las tendencias y modas de los jóvenes de todo el mundo. Están al día en el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC). Esto hace que se consideren abiertos al mundo, aunque luego puedan perderse en el laberinto del mundo virtual.

El contexto sociopolítico del país permite a los jóvenes jesuitas malgaches una proximidad práctica con los pobres. Casi todos ellos proceden de entornos o familias pobres. Son sensibles a la pobreza de su pueblo. Sienten incluso una tensión entre el estilo de vida, bastante cómodo al fin y al cabo, del contexto de su formación en la Compañía, y la situación de pobreza estructural del país.

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Madagascar - Escolásticos jesuitas y vida de oración.

En cuanto a la espiritualidad, la sociedad malgache, antes de la llegada del cristianismo a finales del siglo XVIII, era ya una sociedad profundamente “religiosa”. La transición de la espiritualidad propia de la religión tradicional a una espiritualidad cristiana no ha ofrecido grandes obstáculos. Lo mismo les ocurre a nuestros jóvenes jesuitas malgaches. Asimilan fácilmente, por ejemplo, la espiritualidad ignaciana gracias a unas prácticas religiosas con las que ya están familiarizados desde niños. Sigue existiendo, sin embargo, como en cualquier otra parte del mundo, dificultad para su inculturación en el seno de la Iglesia, una tensión entre la identidad malgache y el modo de proceder de la Compañía de Jesús en su conjunto.

Viendo el panorama de las obras y compromisos de la Compañía, ¿ve usted que responden al proyecto global de las Preferencias Apostólicas Universales que el Padre General viene impulsando desde hace más de tres años?

La Provincia de Madagascar estableció su Proyecto Apostólico en 2015, con un plan estratégico para diez años. Este proyecto define la misión de la Compañía de Jesús en este país. La Provincia persigue sus objetivos abarcando lo que llama los “siete campos apostólicos”: la formación de nuestros escolares, la formación de agentes para la Iglesia, el apostolado de los Ejercicios Espirituales, la educación básica y secundaria, la educación superior, el apostolado parroquial y el apostolado social. Providencialmente, las cuatro Preferencias Apostólicas Universales (PAU) confirman y proporcionan nueva inspiración a la Provincia para llevar a buen término su Proyecto Apostólico. Las PAU se convierten en el hilo conductor de cada campo apostólico y tejen una estrecha vinculación entre ellos.

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Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
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