“El Claustro de la Universidad Babeş-Bolyai de Cluj-Napoca (UBB) concede el título de Doctor honoris causa al Reverendo Padre Arturo Sosa Abascal, S.J., Prepósito General de la Compañía de Jesús, por su apoyo a la educación teológica universitaria, por su promoción de una cultura de solidaridad a nivel internacional, y por la contribución de la Compañía de Jesús a la tradición académica de Cluj desde la fundación de la Academia Jesuita - Academia Claudiopolitana - en 1581, una herencia que se mantiene viva hoy en la Universidad Babeş -Bolyai.”

El 17 de noviembre de 2023, el Padre General recibió esta distinción de una universidad con una tradición jesuita muy importante en esta parte de Transilvania, donde la población es predominantemente de cultura húngara. Al igual que otras universidades europeas (Praga, Viena, Vilna, etc.), la UBB se desarrolló en varias etapas. Sin embargo, sus orígenes están claramente ligados a la Compañía de Jesús, ya que el Papa Gregorio XIII confió la Universidad de Cluj a los jesuitas en 1581. Los jesuitas dirigieron la universidad hasta la supresión de la Compañía de Jesús en 1773. A partir de entonces, pasó a depender de la autoridad imperial, real y republicana, respectivamente, en función de las vicisitudes políticas de la región.

El legado jesuita sigue siendo muy real. Hoy, la UBB, cuyo nombre honra a tres científicos rumanos, tiene la oferta teológica más amplia de Europa Central. Dos departamentos, de Teología Católica Romana y de Teología Católica Griega, propusieron conjuntamente al P. Arturo Sosa para el doctorado honoris causa.

Durante la ceremonia, los directores y decanos de los dos departamentos presentaron al Padre Sosa a los miembros de su universidad. Destacaron en particular su compromiso con la enseñanza superior. Desde el Departamento de Teología Católica Romana, sin embargo, el profesor Oláh Zoltán y el decano Diósi Dávid hicieron hincapié en el compromiso social del homenajeado. “Desde su juventud, [Arturo Sosa] se preocupó por mejorar la vida de los venezolanos y, tras completar sus estudios de Filosofía y Teología, se doctoró en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela. La motivación de este gran interés por la política la expresó en una entrevista justo después de su nombramiento como Superior General de la Compañía de Jesús: ‘Una de las cosas que me parece más importante hoy es fortalecer el sentido de ciudadanía global. Como ciudadanos debemos impulsar la política hacia el bien común.’ (...) De 1976 a 1996, Arturo Sosa fue director y luego redactor jefe de la revista SIC (Caracas), una publicación centrada en la ética social y política que ganó el premio nacional de periodismo bajo su dirección en 1979. Su labor en este cargo da fe de su sensibilidad hacia los sectores vulnerables de la sociedad y de su vivo interés por los problemas de la sociedad venezolana.”

El director y el decano del Departamento de Teología Greco-Católica, profesores Marius Grigore Furtună y Cristian Barta, destacaron hasta qué punto la trayectoria del Superior General había promovido la educación a todos los niveles, incluso a través de la red Fe y Alegría, de origen venezolano, que apoya la promoción social de los más vulnerables. Agradecieron a la Compañía de Jesús por haber permitido a muchos miembros de la comunidad universitaria de la UBB beneficiarse de becas en universidades jesuitas, en particular la Pontificia Universidad Gregoriana y el Pontificio Instituto Oriental. Concluyeron diciendo: “La concesión del título de doctor honoris causa al Superior General de la Compañía de Jesús subraya, a nivel de la UBB, la consagración de la tradición académica y la valorización de la contribución de la educación jesuita en Transilvania. Por último, estamos convencidos de que este gesto puede abrir nuevas colaboraciones con la vasta red académica de la Compañía de Jesús.”

A continuación, tomó la palabra el propio Padre General. He aquí un extracto de su discurso. Eligió hablar sobre el tema de la sinodalidad de la Iglesia y, más concretamente, desde su propia experiencia vivida como cristiano latinoamericano y religioso jesuita.

“La relevancia de este tema para la vida y misión de la Iglesia en la actualidad es incuestionable. Para el Papa Francisco la sinodalidad es ‘el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio’. Desde la experiencia latinoamericana inspirada en la eclesiología del Concilio Vaticano II, es una apreciación con la cual es imposible no estar de acuerdo. Dios quiere que la Iglesia sea sinodal: que todos los cristianos caminemos juntos como hijos y hermanos. Si no es así, no es la Iglesia de Jesús de Nazaret, aunque sea una institución muy eficiente y con gran relevancia social.

Ahora bien, la dificultad de que la Iglesia sea sinodal corre pareja a la necesidad de que lo sea. No hay sinodalidad en el orden establecido. Para él sólo existen individuos que se relacionan con los que quieran y para lo que quieran y cuerpos sociales que buscan su provecho, como las corporaciones globalizadas. Las relaciones son secundarias y buscando el propio provecho.

Desde la perspectiva eclesial latinoamericana, en cambio, lo que subsiste no son los individuos sino las relaciones, cuando son de entrega de sí gratuita, horizontal y abierta. Esto es así porque, en contra del imaginario vigente en la mayoría de los cristianos, nuestro Dios no es el Monarca absoluto: como explica Santo Tomás‘la relación en Dios no es como un accidente adherido a un sujeto, sino que es la misma esencia divina, por lo cual es subsistente’. No existe el Padre, el Hijo y el Espíritu y se relacionan; si así fuera, habría tres dioses. Lo que existe es la relación que a la vez diferencia (Padre, Hijo y Espíritu) y mantiene unido (un solo Dios verdadero). También en la Iglesia tienen que llevar la primacía las relaciones filiales y fraternas y no las doctrinas, preceptos y ritos ni la institución y sus personeros. Eso es lo que Dios espera de la Iglesia para este tercer milenio, y lo espera porque actualmente no es lo que en ella predomina. No es que falten esas relaciones, pero ellas todavía no son las que dan el tono.”