La Causa del P. Arrupe avanza
En estos últimos días se han dado dos pasos importantes en la causa de beatificación del P. Pedro Arrupe (1907-1991), 28º Superior General de la Compañía de Jesús.
El
pasado 19 de febrero, tras cinco años de trabajo, la Comisión Histórica
(formada por Gianni La Bella, Monica Borsari, Robert Danieluk, SJ, Massimo De
Giuseppe y Carlo Luongo) prestó juramento sobre la labor realizada y entregó al
tribunal eclesiástico del Vicariato de Roma el material recogido. Junto con el
informe que lo acompaña, son casi diez mil páginas de textos inéditos del P.
Arrupe y material impreso que tiene que ver con su vida y su fama de santidad.
El 29 de febrero ha tenido lugar la visita de los miembros del mismo tribunal a la iglesia del Gesù, en Roma, donde se encuentra su tumba. El propósito ha sido cumplir con el último de los requisitos de todo proceso de beatificación: la comprobación de que no se tributa culto indebido al Siervo de Dios. Esto puede ocurrir cuando se le presenta con signos externos de que ya se le venera públicamente como santo (por ejemplo, con la típica aureola alrededor de su cabeza) o se le considera como tal en celebraciones litúrgicas. Todo otro tipo de devoción privada y la difusión espontánea de su fama de santidad sí son permitidos. Esto se lleva a cabo con la visita del tribunal a su sepultura y la constatación del resultado de su inspección. La “declaración de no culto” atestigua que lo prescrito se está cumpliendo en el caso del P. Arrupe.
Estas
dos condiciones se unen a la interrogación de los testigos y a la lectura, a
cargo de un equipo de teólogos, de sus obras publicadas, verificando que están
de acuerdo con la “fe y costumbres” de la Iglesia. Esta labor se ha venido
realizando desde el inicio oficial de la causa, el 5 de febrero de 2019. Con
todo ello se completará el objetivo de esta fase diocesana del proceso, que es
la recogida de información sobre el Siervo de Dios, tanto por medio de textos
como de declaraciones orales.
A partir de ahora queda esperar a que, junto con sus otros encargos y labores, el tribunal organice todo lo concerniente al P. Arrupe y lo prepare para una sesión pública de clausura en la sede del Vicariato, San Juan de Letrán. Esto ocurrirá dentro de unos meses, sin que ahora se pueda concretar más la fecha exacta.
¿Y
después? Tras la clausura se envían todas las cajas, bien lacradas, al
Dicasterio de las Causas de los Santos, donde poco después se abrirán y será
revisado su contenido para certificar que el proceso canónico diocesano se ha
hecho correctamente. Aquí empezará la llamada “fase romana” de la causa,
consagrada fundamentalmente a la redacción de la Positio sobre el Siervo de Dios, a cargo de la Postulación General,
lista para poder ser examinada y juzgada por la Iglesia.