Al servicio de los pobres y de los sin techo de Detroit
El P. Tim McCabe es el Director
del “Pope Francis Center” en Detroit, Michigan. Su misión es estar al servicio
de los pobres y de los sin techo de la ciudad. El Centro fue una de las obras
de la Provincia del Medio Oeste de los Estados Unidos (UMI) que visitó el P.
General Arturo Sosa a principios de abril.
En Detroit, un Centro jesuita lleva el nombre del Papa Francisco
Por Tim McCabe, SJ | Pope Francis Center, Detroit, Michigan (EE.UU.)
El consuelo era palpable cuando el P. General bajó de su vehículo frente a la instalación de más de 5.000 metros cuadrados, casi terminada, para los sin techo de Detroit. El centro, que lleva el nombre del Papa Francisco, adopta un enfoque revolucionario para abordar las causas profundas del “sinhogarismo” a través de una atención informada sobre el trauma y manifestando un amor y aceptación radicales. La presencia del P. Sosa significó la convergencia gozosa de la segunda Preferencia Apostólica Universal y la expresión viva de su mandato de “caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia”.
Casi en el mismo momento histórico en que la Compañía de Jesús discernía las Preferencias Apostólicas Universales, el equipo del Pope Francis Center de Detroit estaba inmerso en su propio discernimiento sobre cómo responder al creciente número de personas sin techo. Durante más de treinta años, los jesuitas y sus compañeros laicos han proporcionado un lugar de respiro para las personas sin hogar en el centro de Detroit, situado en la iglesia de St. Peter and Paul. El centro de día ofrece comida, ropa, duchas, lavandería y muchos otros servicios, como atención médica y dental. Entonces, en 2017, empezó a aflorar un santo malestar entre el personal y los voluntarios. Empezamos a preguntarnos si nuestro enfoque transaccional hacia las personas sin hogar era suficiente o si deberíamos pensar en una forma más transformadora, arraigada en la justicia social y económica.
Las palabras del P. Sosa sobre esta Preferencia Apostólica resonaron en nuestros deseos y anhelos del magis: “el camino que buscamos recorrer con los pobres es un camino que promueva la justicia social y el cambio de las estructuras económicas, políticas y sociales que generan injusticia; este camino es una dimensión necesaria de la reconciliación de las personas, los pueblos y sus culturas entre sí, con la naturaleza y con Dios.”
El tiempo que el P. Sosa pasó con nosotros dejó claro su amor por los pobres. Mientras emprendemos este monumental esfuerzo para acabar con la falta de vivienda en nuestra ciudad, la visita del P. Sosa nos mostró que formamos parte de algo mucho más grande que nuestros propios esfuerzos. Estas prioridades universales no son sólo palabras sobre el papel, sino que, confirmadas por el Santo Padre, son expresiones concretas de amor en acción. Somos cumplidores de la Palabra.
Para las personas sin hogar, que tan a menudo se sienten desatendidas e
invisibles, es importante que el líder mundial de los jesuitas haya venido no
sólo a bendecir el altar de nuestra capilla, sino también a bendecir nuestra
misión de devolver la dignidad y la esperanza a quienes con demasiada
frecuencia sienten que no tienen ninguna de las dos cosas. Aunque los huéspedes
sin techo del Pope Francis Center no
hayan entendido los pormenores de la visita del P. General, saben que una
persona muy importante de la Iglesia católica ha venido desde el otro lado del
mundo porque se preocupa por ellos.