El Congreso del SJES: una fuente de energía y esperanza – El punto de vista de un jesuita haitiano

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Ambroise Dorino Gabriel es un jesuita haitiano que está terminando una tesis en antropología en la Universidad Laval en la ciudad de Quebec. Fue el único representante de Haití en el Congreso del 50º Aniversario del SJES. Aquí está su testimonio.

Llegando a Roma, me decía, invadido por escepticismo, que el congreso era no más que otra ocasión para que nosotros sigamos inflando nuestro ego y justifiquemos nuestra impotencia ante este mundo. Me consolaba la idea de que iba a hacer algo de turismo. ¡Fue toda una sorpresa! No se trataba de presentar proyectos y actividades apostólicas grandes, ni había tiempo para un “Gira por Roma”.

El trabajo fue más bien intensivo, energizante y fuente para la Esperanza.

Se trataba de tomar consciencia de lo que nos caracteriza como apóstoles de lo social y de lo político. Para ello, hacía falta volver a nuestro “principio y fundamento”, indagar nuestra tradición y dejarnos guiar por los Padres fundadores, los testigos y mártires. Hemos descubierto que todo compromiso social y político para la transformación ecológica del mundo no es sino el fruto del encuentro desconcertante y desgarrador con el Cristo herido, humillado, perseguido y crucificado.

El congreso del apostolado social, como toda intuición humana profunda, demandará tiempo para que sea asimilado y se cristalice en lo real. Pero eso no debe ser ningún pretexto para no ponernos en tono con los valores que promueve. Teniendo cuenta del espacio restringido de este artículo, quisiera resaltar dos puntos que juzgo esenciales para nuestro apostolado en Haití y nuestra Provincia, Canadá-Haití.

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Conversión profunda o el aspecto místico del apostolado social. Hacer camino con el pobre implica dejarse tocar por él. Hacer la experiencia de la humanidad herida no es sino entrar en un proceso de curación espiritual que nos hace descubrir nuestra propia pobreza para asumirla, conllevarla para que, más allá de una visión romántica y de amistades con pobres y con la pobreza, nos lleve a comprometernos de manera radical en los procesos de transformación de las condiciones de vida del empobrecido.

El compromiso concreto y sincero para salvar la casa común y liberar a los pueblos exige humildad y radicalidad. La humildad es la consciencia que esta misión nos sobrepasa. Y reconocer nuestros límites es condición de posibilidad de abrirnos a la colaboración y a construir redes al nivel nacional e internacional. También este compromiso exige que vayamos à la raíz de los problemas. Exige que seamos capaz de análisis intelectual profunda de las causas de la pobreza en el mundo y que tomemos acciones radicales, es decir que buscan provocar un cambio real y permanente al beneficio de nuestra “casa común” pasando por una liberación integral del pobre.

La Compañía de Jesús en Haití tiene la ventaja de estar actualmente en un proceso de estructuración. Es un tiempo privilegiado para que pueda tomar en cuenta y apropiarse de los grandes lineamientos del congreso, y eso al dejarse llevar por la convicción de que sólo la opción por caminar concretamente al lado de los haitianos excluidos, es decir la gran mayoría del pueblo, es la llamada la más radical hoy día en Haití y en nuestra Provincia, porque implica un cambio total en nuestro estilo de vida y nuestras opciones apostólicas para los próximos años.

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Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
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El Servicio de Comunicaciones de la Curia General publica noticias de interés internacional sobre el gobierno central de la Compañía de Jesús y sobre los compromisos de los jesuitas y sus partenarios. También se encarga de las relaciones con los medios de comunicación.

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