Diálogo y no violencia: los caminos de la paz para Hong Kong

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El pasado mes de julio, el Padre General visitó las comunidades y obras de la Compañía en Hong Kong. Empezaba entonces el movimiento de contestación contra las autoridades civiles por parte de los jóvenes, entre ellos los estudiantes de los colegios de la Compañía y los que viven en el Ricci Hall, una residencia universitaria, en la que se fomenta un ambiente de compromiso con la vida, y que lleva la Compañía. Se percibía en el ambiente, en aquel poco usual contexto de una sociedad como la de Hong Kong, en la que el orden y la ley del dinero suelen llevar la voz cantante, la tensión de los jesuitas, que alientan siempre el discernimiento y la no-violencia. (Ver nuestro artículo Las tensiones en Hong Kong: ¡los jesuitas y sus colaboradores también las sienten!).

Casi cinco meses después, las tensiones no han disminuido, al contrario; la polarización sigue siendo fuerte y de tanto en tanto estalla la violencia entre las fuerzas policiales y los manifestantes. Una lectura geopolítica dejaría claro que detrás de las manifestaciones más obvias se esconden las luchas entre los intereses de las potencias políticas y económicas occidentales y las chinas. En este contexto, los Superiores Provinciales y Regionales de la Conferencia Jesuita del Asia-Pacífico han escrito una carta de aliento a los jesuitas y a sus colaboradores en la misión de la Compañía en Hong Kong. Después de expresar su solidaridad en la oración, escriben:

“Rezamos porque todos ustedes, y sobre todo los que acompañan a la juventud de hoy en Hong Kong, tengan el necesario coraje, gran creatividad y la oportuna compasión. Nadie queda al margen de la crisis actual, pero tal vez sean los jóvenes los que estén recibiendo el golpe más duro. Muchos de ellos son incapaces de ver un futuro de esperanza ni para sí mismos ni para Hong Kong. (...)

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Aborrecemos la violencia. Una vez que ésta inicia su recorrido, se hace cada vez más difícil, al margen de las convicciones del compromiso político personal, avanzar hacia la paz. La armonía sólo puede venir después de la reconciliación. Y la reconciliación sólo puede llegar una vez que se respete la justicia. La justicia no puede lograrse hasta que se reconozcan y acepten los hechos y la verdad. Entre nosotros sólo es a través del diálogo con empatía como se encontrará y aceptará la verdad.

¿Tenemos la valentía necesaria para embarcarnos en una travesía tan ardua? Para lograrlo hace falta deseo de escuchar, de dialogar con empatía, de comprenderse y de aceptarse mutuamente, de desenmascarar las causas de la frustración y de las ansiedades que ahora encuentran expresiones tan violentas. Para lograrlo, deben prevalecer la contención y el estado de derecho. Es necesario que todos nos pongamos de acuerdo para vivir juntos, que se establezca un nuevo pacto social y cultural. Para los cristianos, “el ser ciudadano fiel es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral” (Evangelii Gaudium # 220). Nos unimos en solidaridad de oración para que se asuma y se emprenda esta inmensa tarea.”

La JCAP concluye su mensaje recordando que la Compañía de Jesús ha definido su misión como la de reconciliar. La creación de espacios de diálogo, en los que prevalezcan la no-violencia y la paz, es parte de esta misión en el corazón de un mundo turbulento.

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Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
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El Servicio de Comunicaciones de la Curia General publica noticias de interés internacional sobre el gobierno central de la Compañía de Jesús y sobre los compromisos de los jesuitas y sus partenarios. También se encarga de las relaciones con los medios de comunicación.

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