Cuando la Provincia de Zambia decidió, en 1988, poner en marcha un centro social en Lusaka, no estaba del todo claro qué iba a hacer ni cómo iba a hacerlo. Empezando con un nombre un tanto «nebuloso», Jesuit Center for Theological Reflection (JCTR - Centro jesuita para la reflexión teológica), inicialmente estaba más orientado a la investigación que a la acción, con un interés variado en los desafíos sociales contemporáneos.

Pero en los años siguientes, a la vez que Zambia pasaba de un Estado monopartidista a una democracia pluripartidista bastante convulsa y a un escenario económico errático, el JCTR expandió sus actividades para incluir cuatro elementos esenciales:

• Investigación, preparando exploraciones teológicas e investigaciones en ciencias sociales de calidad y prestigio.

• Educación, divulgando resultados de la investigación a través de publicaciones, boletines, talleres y presentaciones en los medios de comunicación.

• Defensa de causas, influyendo en un público más amplio para presionar a favor de programas de justicia social en la sociedad civil y en la Iglesia, a nivel local, nacional e internacional.

• Consultoría, asesorando en las actividades sociales de la Iglesia (por ejemplo, cartas pastorales), testificando ante el Parlamento o participando en comités cívicos.

Para dar una primera idea, rápida e incompleta, de la misión y actividad del JCTR, puede ser interesante fijarse en algunos cambios sociales, económicos y políticos a lo largo de los treinta años transcurridos desde su fundación. Al menos algunas cifras aproximadas pueden ayudar a comparar los años 1988 y 2018.

Un ejemplo excelente del cuádruple enfoque del JCTR fue el trabajo que se hizo buscando la justicia en relación con la inmensa carga de la deuda externa de Zambia. A finales de los 90 y principios de los 2000, el JCTR se convirtió en un actor importante en la campaña mundial Jubilee Debt (campaña del jubileo contra la deuda). El esfuerzo se centraba en conseguir la cancelación de la deuda mostrando 1) cómo se había generado en realidad esa deuda y 2) qué consecuencias tenía para los ciudadanos del país.

Recuerdo una reunión de alto nivel a la que tuve la suerte de ser invitado en Washington DC en 1988. El presidente del Banco Mundial estaba allí y me dijo en un tono bastante fuerte: «Padre Henriot, esta campaña para cancelar la deuda no va a ningún lado. El Banco Mundial no cancela deudas. Escúcheme bien: ¡no cancelamos deudas!». Doce meses después, Zambia recibía más de 3000 millones de dólares en concepto de deuda cancelada, incluyendo una reducción significativa de la deuda con el Banco Mundial. Y a esto siguieron aún otras cancelaciones, como consecuencia de la cooperación del JCTR con la campaña mundial del jubileo, haciendo buena investigación, educación y defensa de la causa. Un dato que sin duda es un reto para la misión del JCTR hoy es que Zambia aparece en un reciente informe del Banco Mundial como el cuarto país más desigual del mundo (después de Sudáfrica, Namibia y Botsuana).

Mirando hacia atrás, a los más de treinta años de actividad del JCTR, la metodología usada para implementar esas difíciles tareas podría caracterizarse como seguir el «círculo pastoral», implicándose en la experiencia, el análisis, la reflexión y la acción. Esta popular herramienta de las ciencias sociales empujó al equipo a comprometerse en importantes desafíos y no estar simplemente en la oficina, a plantear cuestiones más profundas sobre las causas de esos desafíos, a ponderar los temas de fe y justicia que surgían de los problemas y, finalmente, a llegar a respuestas bien planeadas.

Estos cuatro pasos del círculo pastoral se pueden ver en cómo el equipo del JCTR ha afrontado algunos problemas centrales para Zambia, desde su comienzo hasta nuestros días.

Experiencia: la creciente crisis causada por la deuda se hacía sentir en restricciones en los presupuestos del Estado para salud y educación; el coste de la vida superaba los ingresos de las familias y se pasaba hambre; los derechos sociales recibían poca atención en los debates constitucionales y la corrupción era endémica en muchos círculos.

Análisis: encuestas como la de la «cesta de necesidades básicas» mostraron la insana brecha existente entre las necesidades de la nación y los recursos disponibles; estudios detallados de las asignaciones presupuestarias demostraron la deriva hacia situaciones de deuda nacional paralizantes; se hizo una descripción de los derechos sociales para mostrar por qué las poblaciones más pobres apenas disponían de buenas oportunidades educativas.

Reflexión: se exploró lo que realmente significan estas cuestiones para las personas creyentes y para los ciudadanos con valores tradicionales mediante estudios teológicos, aplicando la doctrina social de la Iglesia y recogiendo los principios del humanismo zambiano. La espiritualidad ignaciana también influyó en la reflexión.

Acción: a partir de ahí fue posible promover pasos para afrontar eficazmente los problemas percibidos, por ejemplo mediante visitas a funcionarios públicos, manifestaciones populares, peticiones para fomentar la presión internacional, campañas publicitarias, etc.

El valor de utilizar el método del círculo pastoral y su relevancia para el apostolado social jesuita en África, hoy y en el futuro, radican en su vinculación con la experiencia directa de los problemas, la aguda percepción de sus causas y consecuencias, la clarificación centrándose en temas de fe y el avance hacia respuestas bien pensadas.

[Artículo de la publicación "Jesuitas - La Compañía de Jesús en el mundo - 2020", por Pete Henriot SJ]