Las siete últimas palabras de Cristo
Viernes Santo: parar, meditar, rezar.
¿Por qué no aprovechar una hermosa tradición de la Iglesia iniciada en el siglo XVII por un jesuita de Perú? Considerar, uno a uno, los momentos en que, según los Evangelios, Jesús pronunció sus últimas siete palabras mientras estaba en la cruz.
Meditarlas llevando en la oración a quienes, en tantos países del mundo actual, sufren la injusticia, la sed, el aislamiento.
A Dios: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
Al “buen ladrón”: “En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
A María, su madre, “Mujer, ahí tienes a tu hijo”... y a Juan, “Ahí tienes a tu madre.”
A Dios, su Padre: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
A todos: “Tengo sed.”
Al mundo: “Todo está cumplido.”
A Dios: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.”