Por Felipe Jaled Ali Modad Aguilar SJ

Los días 6 al 8 de septiembre se ha reunido de manera virtual el Grupo de Consulta del P. General sobre Relaciones Interreligiosas y Ecuménicas, que es coordinado por el Secretariado del Servicio de la Fe. Personalmente, participé como consejero para las Religiones Indígenas de América Latina.

Este año, teniendo en el horizonte la celebración del Sínodo de los Obispos sobre Sinodalidad en la Iglesia, el P. General nos ha pedido a los que integramos este Grupo de Consulta que aportamos desde la perspectiva interreligiosa, presentar cómo se vive el discernimiento en las tradiciones religiosas que nos toca acompañar, en el caso del Islam, el Hinduismo, el Budismo, el Judaísmo, las Religiones Indígenas de la India, las Religiones ancestrales de África y las Religiones Indígenas y afrodescendientes de América Latina, guiados por la pregunta ¿qué podemos aprender sobre el modo de vivir y entender el discernimiento en las diferentes tradiciones religiosas.

Para el caso de quienes dan seguimiento a la dimensión ecuménica (Iglesias Ortodoxas, Iglesias Protestantes, Pentecostalismo), se les ha pedido que puedan exponer el sentido de Sinodalidad en esas tradiciones cristianas. La intuición que está de fondo para plantear de este modo la reunión de este Grupo de Consulta este año, es que el discernimiento es un elemento clave para que se pueda dar un auténtico proceso de Sinodalidad. Si no es desde la atenta escucha de la inspiración del Espíritu Santo, no se puede pensar en un sano proceso sinodal.

Específicamente para mí, los elementos que más han llamado la atención del sentido del discernimiento en las tradiciones religiosas de los pueblos indígenas es la importancia que le dan a que las decisiones que se tomen estén en armonía con la naturaleza, con la creación, y en muchos casos se ha de consultar con los Ancestros (los antepasados que han muerto pero que siguen formando parte de la comunidad), para asegurarse que las decisiones que se tomen están en armonía también con ellos. La armonía como fruto de la decisión a la que se llega es un elemento esencial en todo proceso de discernimiento.

Hemos concluido esta reunión en un ambiente de agradecimiento y consolación por lo que hemos compartido y por la diversidad de sabidurías que hemos tenido el privilegio de conocer en estos días. Este es el modesto aporte que hemos podido dar a nuestra Curia General para preparar los aportes al próximo Sínodo sobre la Sinodalidad en la Iglesia.