Los jesuitas en Australia: en consonancia con las Preferencias Apostólicas Universales
Una entrevista con el P. Dominic Quyen Vu, Provincial de la Provincia de Australia, durante el “Coloquio” para nuevos Provinciales que se ha celebrado en la Curia, en Roma, en marzo.
Padre Quyen, usted es el Superior de la Provincia de Australia desde hace ya más de un año. Le tocó comenzar su función durante la pandemia. ¿Cuáles son los desafíos?
Melbourne
cuenta con el mayor número de días de confinamiento por Covid-19 en todo el
mundo. Por ello, se me apoda ‘el Provincial del Covid-19’. Ha sido todo un reto
para mí. Asumí el cargo durante el bloqueo por la pandemia y no podía ir a la
oficina, ni mucho menos visitar las obras apostólicas y la gente. No se nos
permitía salir de casa, salvo para comprar comida y hacer una hora de ejercicio en un radio de 5 km.
¿Podría darnos, en pocas palabras, un “retrato” de su Provincia? ¿Cuáles son sus principales apostolados y hasta qué punto cree que están en línea con lasPreferencias Apostólicas Universales?
Somos 103 jesuitas en la Provincia de Australia: 93 sacerdotes, 4 hermanos, 5 escolares y 1 novicio. La edad media de la Provincia es de 69 años. Nuestra Provincia cubre Australia y Nueva Zelanda; sólo tenemos un jesuita trabajando en la diócesis de Hamilton en Nueva Zelanda. Nuestros principales apostolados son: educación, espiritualidad, apostolado social y pastoral parroquial. Todas las obras de nuestra Provincia se han alineado en la estela de las cuatro Preferencias Apostólicas Universales. Nuestra experiencia es que la oración y nuestra vulnerabilidad humana ante Dios son como la base sobre la que reposa todo lo demás en la Provincia. Hemos dado la prioridad a la Espiritualidad Ignaciana en todas nuestras obras y preferencias.
¿Cuál diría que es la principal característica de su Provincia? ¿Qué es lo que hace la especificidad de la Provincia de Australia?
Cuidar
de los excluidos y escuchar especialmente las voces de nuestros pueblos de las Primeras
Naciones ha sido y sigue siendo nuestra preocupación en los últimos años. Desde
hace un tiempo, hemos puesto en marcha un proyecto llamado “The Bookends
Project”, que trata de convertir y transformar el rechazo histórico de nuestra
nación a los pueblos de las Primeras Naciones y a los solicitantes de asilo en
una acogida de reconocimiento, justicia y hospitalidad. La educación y la
colaboración con los laicos han sido una característica única de nuestra
Provincia en los últimos veinte años. Los miembros laicos de nuestras juntas
directivas aportan a nuestra misión una diversidad de experiencias, un abanico
de capacidades de gobierno y un equilibrio de género. Son colaboradores laicos
los que dirigen la mayoría de nuestras obras
clave.
¿De qué se siente orgulloso, como Provincial, después de un año en su cargo?
Debo decir que puedo sentirme orgulloso de nuestra Provincia ya que, a pesar de que somos menos jesuitas, atendemos más de 30 apostolados diferentes en compañía de más de 1.800 mujeres y hombres que comparten la visión ignaciana del servicio de la fe y la promoción de la justicia en la Provincia de Australia. La mayoría de nuestros compañeros jesuitas permanecen muy activos aunque hayan superado la edad de jubilación.
¿Qué es lo más difícil hoy en día para los jesuitas de la Provincia de Australia?
Nos falta personal, especialmente jesuitas jóvenes que puedan contribuir al número de obras en la Provincia.
A nivel personal y espiritual, ¿cuáles son sus expectativas, sus sueños, su esperanza de modo que el mensaje del Evangelio tenga un impacto a través del trabajo de la Compañía de Jesús en Australia en los próximos años?
Mi
esperanza y mis sueños son seguir llevando a cabo la obra de Dios y contribuir
a la Iglesia en Australia en el ámbito de la Espiritualidad, así como en el
servicio a los pobres y a los excluidos de nuestra sociedad. La misión de los
Primeros Compañeros y de San Ignacio era salvar almas y servir a Dios a través
de los demás. Por ello, nuestra Provincia australiana continuará llevando a
cabo la misión de Dios en la sociedad actual con alegría y con amor y llevando
la Buena Noticia a los que sufren de pobreza material o espiritual.