El Congreso “Justicia y Ecología” impulsa la ‘sinodalidad’ en acto
PorKevin Hargaden, SJ - Jesuit Centre for Faith and Justice, Dublin
El Centro de Espiritualidad de Loyola (España) acaba de reunir, del 28 de marzo al 1º de abril, a un heterogéneo grupo de 153 delegados de 26 naciones. Su objetivo específico era programar el futuro del Apostolado Social en Europa y Próximo Oriente. Planeado desde hace más de un año, el Congreso “Justicia y Ecología” pretendía llegar a ser un hito dinamizador en los procesos de “renovación profunda” y planificación de las redes relevantes, es decir: el Servicio Jesuita a Refugiados, los Centros Sociales, EcoJesuit, la red de Delegados para el Apostolado Social y la Red Xavier, entre otros.
El
programa de la semana se dividió en dos partes. Durante la primera, todas las
redes estuvieron juntas mientras consideraban la base espiritual de sus
trabajos especializados e institucionales, se situaban en su contexto social y
se centraban particularmente en los problemas de la catástrofe ecológica y la
migración masiva. Estos días contaron con la aportación de expertos de nivel
mundial, talleres específicos sobre aspectos concretos de nuestro trabajo y un tiempo
para la reflexión y la oración. Dicho recorrido conjunto adoptó actividades
concretas, ya que el martes por la tarde se realizaron peregrinaciones en el
entorno de Loyola, en búsqueda de un mejor conocimiento mutuo y de un aumento en
nuestro potencial de colaboración. A continuación, el jueves y el viernes, se
pidió a cada una de las redes que reflexionara sobre la manera de poner en
práctica las actividades y reflexiones anteriores en sus obras y/o en sus
proyectos locales.
En su discurso de apertura, el P. General nos recordó que el Congreso era una oportunidad para experimentar la “sinodalidad en acción”. Como medio para encarnar ese objetivo, un “Equipo de Acompañamiento” fue creado. Sus miembros se reunieron varias veces para prever la redacción de un documento final, un texto que servirá de protocolo oficial del Congreso y de estímulo para continuar su acción cuando los delegados regresen a casa. En lugar de poner por escrito este tipo de documento por adelantado, como una formulación prístina, pero en gran medida teórica y perentoria, el equipo optó por redactar el documento como un reflejo actual. El método fundamental fue extremadamente sencillo: cada miembro del equipo trató de escuchar activamente, percibiendo y recogiendo opiniones de manera informal en las conversaciones y en las actas del Congreso. Ahora bien, al mismo tiempo, el equipo utilizó una tecnología de sondeo interactivo, accediendo por teléfono móvil o por ordenador portátil, lo cual les permitía recoger un más numeroso recuento de las reacciones de la gente a medida que avanzaban los días. Ello también significó que, al reunirse cada noche para deliberar, los miembros del Equipo podían reproducir las propias palabras de los participantes en la redacción del documento.
El
jueves por la mañana, el borrador del documento estaba listo para ser
compartido y adoptado en la sesión plenaria. Al leerlo y debatirlo en pequeños
grupos, se orientó a los participantes para que ofrecieran sus comentarios
sobre el Documento del Congreso, especialmente en torno a su mensaje de
clausura. Estas respuestas se utilizaron para generar una serie de revisiones
finales. El documento, titulado “Llamados a la conversión”, es más que un
resumen de la actividad de la semana; es sobre todo una especie de provocación
que puede ser retomada por las redes y los programas individuales. Se trata de
un documento de trabajo destinado a apoyar nuestra implicación social y nuestras
actividades, sugiriendo campos que han de ser explorados para establecer una
renovación más profunda. Los organizadores y los participantes esperan que el
Congreso inicie, entre las redes implicadas en favor de justicia social, un compromiso
duradero a fin de caminar juntos. Incluso en la ‘forma sinodal’ en que fue
redactado, este documento demuestra que la sinodalidad en acción -ese proceso
de escucha mutua en el que todos tienen algo que aprender- será un camino
gratificante y prometedor a seguir.