“Seven Fountains”: siete manantiales del Espíritu para encontrar sentido a la vida
En siglos pasados, en el reino de Chiang Mai, al norte de Tailandia, los reyes tenían una “residencia de verano” a la que llamaban “Seven Fountains” (Siete Fuentes) nombre inspirado tanto en los manantiales y cascadas que se encuentran al norte de la ciudad como en el simbolismo de la perfección representado por el número “siete”. Sobre esta base histórica, los primeros jesuitas que llegaron a la zona eligieron el nombre de “Seven Fountains”, en referencia a los siete dones del Espíritu Santo. El nombre se ha mantenido: es el nombre de una casa de ejercicios de los jesuitas conocida en todo el sudeste asiático.
El
superior, Beda Yassao, de la Provincia de Indonesia, y el director de la casa,
Saichon Khanyulai, de Tailandia, lo tienen claro: si el lugar ya ha sido
definido como “centro espiritual”, el equipo llegó a la conclusión de que el
mejor servicio que se puede prestar aquí es el de una casa de retiros, o más
concretamente, el de un centro que ofrece los Ejercicios Espirituales de San
Ignacio en forma de retiros individuales con un acompañante. También se reciben
pequeños grupos, pero en este caso, si las propuestas de oración se hacen en
reuniones comunes por la mañana, cada persona tiene un acompañante con quien
reunirse por la tarde. En definitiva, hay pocas actividades para grupos porque,
insiste Saichon, en el campus se da prioridad al silencio.

El P. Saichon, como guía espiritual.
Seven Fountains, dice el padre Beda, es una fuente de experiencia espiritual. Una fuente a la que acuden sobre todo monjas, religiosos y sacerdotes, no principalmente o sobre todo de Tailandia, sino de varios países de la región, especialmente de Singapur y Malasia. Entre los ejercitantes también hay protestantes, tanto singapurenses como estudiantes de la Universidad Protestante de Chiang Mai. El padre Saichon admite que hay un porcentaje limitado de tailandeses, en primer lugar porque la inmensa mayoría de la población es budista y, en segundo lugar, porque los católicos proceden principalmente de grupos indígenas de las montañas del norte, que tienen sus propios dialectos y que no tienen la libertad ni los recursos económicos para dejar sus trabajos y pasar una semana en la ciudad.
Saichon
también reconoce que los vínculos entre esta casa de retiro y la Compañía de
Jesús en su conjunto son tenues, ya que la zona ha estado relativamente aislada
durante mucho tiempo. Actualmente, el Provincial de Indonesia, Provincia de la cual
depende la Región de Tailandia, está estrechando la relación. Este es también
el caso de la Conferencia Asia-Pacífico en su conjunto que organiza reuniones y
sesiones en Seven Fountains, como fue
el caso en los últimos días por la Asamblea de Superiores Mayores de la Conferencia
JCAP.

Es cierto, además, que la obra se siente muy comprometida en la puesta en práctica de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía. En primer lugar, por supuesto, en su misión de “mostrar el camino hacia Dios” a través del acompañamiento de las cerca de 3.000 personas que acuden aquí cada año para hacer los ejercicios espirituales. Además, Seven Fountains apoya a muchos “expatriados” mediante servicios religiosos en inglés, incluida la acogida de una comunidad anglófona los domingos. La mejor prueba de la atención a los excluidos es el servicio de pastoral estudiantil, que atiende de diversas maneras a los estudiantes indígenas, económicamente pobres, pero también necesitados de apoyo humano y espiritual. Se trata también de un trabajo que está en consonancia con la 3ª PAU, que invita a la Compañía a caminar con los jóvenes. Por último, el campus es un lugar donde se cuida la naturaleza -los árboles son magníficos- y donde se viven a diario los principios de la ecología.
Al
final de su entrevista con nosotros, el padre Saichon exclamó: “Me siento muy
feliz aquí. Respondemos realmente a una necesidad profunda de quienes acuden a
nosotros. Estas personas buscan un sentido a la vida. A veces tienen
sentimientos depresivos y buscan a Dios. Aquí es donde podemos ayudarles. Aquí
disponen de un lugar para encontrarse con Dios. En la belleza de la naturaleza,
pero también en las numerosas capillas repartidas por nuestro campus. Éste es
uno de los atractivos de Seven Fountains:
¡todo el mundo puede encontrar una capilla en la que se sienta como en casa!”