Fortalecer y empoderar – La misión del Jesuit Urumuri Centre
Ernest Ngiyembere, SJ -
Región Ruanda-Burundi
[De la publicación “Jesuitas 2022 - La Compañía de Jesús
en el mundo”]
Caminar con los jóvenes y los marginados hacia un futuro lleno de esperanza en Ruanda.
Las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús y el tema del Año Ignaciano 2021-2022 son el núcleo de la misión del Jesuit Urumuri Centre (JUC - Centro Jesuita Urumuri). Fundado en 1992, el JUC es el centro de apostolado social de la Compañía de Jesús en Kigali, Ruanda. En su relativamente corta historia, el JUC ha sufrido una transformación y conversión. Afortunadamente, a través de las PAU y el Año Ignaciano, está llamado, una vez más, a la conversión y a «ver nuevas todas las cosas en Cristo». El JUC camina con los jóvenes para crear un futuro lleno de esperanza, busca la reconciliación y la justicia para los pobres y los marginados, y trabaja por la protección de nuestra casa común, mostrando así el camino hacia Dios.
Ruanda es un país joven. Las estadísticas recientes
muestran que el 40 % de la población ruandesa son jóvenes, con edades
comprendidas entre los 14 y los 35 años, con una edad media de 20 años. La
juventud ruandesa se enfrenta a muchos y variados retos. Los adolescentes que
cursan estudios de secundaria se enfrentan al problema del abandono escolar y a
la elevada tasa de embarazos en la adolescencia. Los jóvenes graduados en la
universidad se enfrentan al desempleo y al subempleo, lo que les expone a
trabajos ilegales o forzados, a la prostitución y al tráfico de personas.
En colaboración con African Jesuits AIDS Network (AJAN - Red Jesuita Africana contra el Sida), el JUC ayuda a los adolescentes en los institutos a cambiar sus malos hábitos, mediante programas centrados en una buena formación del carácter. Se organizan foros sobre cuestiones tales como el VIH y el sida, el abuso de drogas y la prevención del embarazo entre adolescentes. También se abordan las habilidades para la vida, la toma de decisiones buenas y morales y la convivencia social. Esto se hace a través de un programa llamado AHAPPY Generation. Hay muchas historias sobre el impacto positivo de este programa.
Un profesor describía el programa como un regalo de
Dios. Hablaba de un alumno problemático cuya madre rogaba constantemente a la
escuela que lo disciplinara. Se tomaron medidas... Sin embargo, el cambio de
comportamiento necesario llegó después de que el alumno se uniera al programa AHAPPY Generation. El que fuera un chico
problemático es ahora un estudiante bien educado, muy animado y creativo. Este
es uno de los muchos casos que demuestran que el JUC camina con los jóvenes
para canalizar su energía hacia actividades beneficiosas en lugar de
destructivas. Una alumna declaró que el programa la había ayudado a hacer
nuevos y buenos amigos. Sobre todo, aprendió a luchar contra el estigma de los
miembros seropositivos de su comunidad y, al mismo tiempo, a protegerse de la
infección del virus, que, lamentablemente, sigue extendiéndose entre los
jóvenes. Testimonios como este son alentadores y nos impulsan a hacer más.
El JUC camina también con jóvenes titulados universitarios en paro para construir un futuro lleno de esperanza. Entre estos licenciados hay ciudadanos de Ruanda y refugiados procedentes de Burundi. El JUC ha puesto en marcha un Programa de Innovación Social y Emprendimiento. Los participantes adquieren conocimientos y habilidades que les capacitan para los negocios, poniendo a Dios en primer lugar. En sus testimonios declaran que les complace aprender que la contribución al desarrollo del país puede hacerse como parte de la construcción del reino de Dios, y que no pueden alcanzar sus objetivos empresariales sin involucrar a Dios. El aprendizaje de la necesidad de fraternidad y colaboración con los demás es otro aspecto importante del programa. Los jóvenes necesitan soñar juntos para construir un futuro común y sostenible sin dejar ni marginar a nadie.
Con este espíritu, el JUC apoya a los que quedan al
margen. La pandemia del Covid-19 sumió a muchas familias en la pobreza extrema.
JUC ayudó a las familias más afectadas de los suburbios de Kigali
proporcionándoles paquetes de alimentos y fondos para pagar el alquiler. Muchas
personas que mantienen a sus familias trabajando como vendedores ambulantes o
jornaleros no pudieron hacer nada debido al confinamiento total. Estas personas
reciben ahora formación en panadería, peluquería y sastrería. Entre los
beneficiarios hay una madre de siete hijos que vendía verdura en la calle y
cuyo marido padece una enfermedad mental desde hace tiempo. También un padre de
familia que dijo: «Imagínate sentado en casa, sin trabajo, con 10 miembros de
la familia que dependen de ti. Puedes imaginarte lo impotente y desesperado que
me sentía». Estas personas expresaron su gratitud a Dios y a la Compañía de
Jesús.
Además, el JUC está comprometido en salvaguardar nuestra casa común. Por esta razón, en octubre de 2020, celebró una Conferencia Regional de los Grandes Lagos de África para conmemorar el quinto aniversario de la publicación de Laudato Si’. El objetivo de la conferencia no solo era mantener vivo el mensaje de la encíclica, sino también difundirlo entre los jóvenes y los políticos, académicos y activistas que viven y trabajan en la Región de los Grandes Lagos de África.
En definitiva, las actividades del JUC están
orientadas a fortalecer y empoderar a los jóvenes y a las mujeres. Ellos son
los que tienen un papel crucial en la construcción de una sociedad con un
futuro lleno de esperanza, donde prevalezcan la justicia y la paz. Son nuestros
interlocutores clave para responder a la llamada que recibimos de Cristo a
participar en su misión de salvar el mundo.