Por primera vez, un jesuita emite sus primeros votos en Pakistán

Por Joseph Pham Van Chung, SJ

El sábado 24 de febrero fue un día histórico para los jesuitas en Pakistán, particularmente para el P. Robbie D’Lima SJ, que hizo sus primeros votos en el Colegio Santa María, Al-Mehtab Park, Lahore. El colegio fue elegido como un homenaje a la primera presencia jesuita en Pakistán.

Hace unos años, siendo sacerdote diocesano, el P. D’Lima sintió una fuerte llamada a unirse a los jesuitas. Así comenzó un nuevo capítulo en su vida. Después de pasar más de dos años como novicio en el Reino Unido y Pakistán, el P. D’Lima estaba profundamente convencido de la llamada de Jesús y decidió comprometerse más plenamente a ser amigo de Cristo en la Compañía de Jesús.

En la Misa de sus primeros votos estuvieron presentes la comunidad jesuita, los candidatos jesuitas, la familia del P. D’Lima de Karachi, colaboradores de los tres colegios jesuitas, estudiantes de las tres clases superiores de los dos institutos jesuitas y otros colaboradores de dos congregaciones religiosas femeninas. La liturgia enfatizó el profundo significado de los votos como un compromiso radical con Dios y con la gente en las tres formas de ser, servir y morir.

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En primer lugar, los votos son el fundamento de una nueva forma de ser. En su homilía, el P. Juan Carlos Pallardel SJ, delegado para las misiones en Pakistán, subrayó el profundo significado de los votos como deseo de ser uno con Dios a través de los Ejercicios Espirituales. Por lo tanto, los jesuitas están llamados a responder a las maravillas de la vida no sólo con palabras y obras, sino a hacerlo de acuerdo con las Constituciones de la Compañía y los Ejercicios Espirituales. Para simbolizar este compromiso, el P. Robbie recibió una copia de las Constituciones de la Compañía de Jesús para significar su dedicación a vivir como jesuita en la “Tierra de lo Puro” (éste es el significado del nombre “Pakistán”), que ha experimentado una secularización silenciosa.

En segundo lugar, los votos se centran en el servicio. Para los jesuitas, la llamada a servir implica un proceso consciente de toma de decisiones. En este espacio de decisión se experimenta la tensión de tener que elegir entre pobreza y comodidad, humildad y orgullo, misión universal e interés propio. El servicio es el principio fundamental que debe guiar a todos los jesuitas, afectando a lo que comen, cómo piensan, qué hacen y por qué, y sobre todo, en todas las circunstancias, cómo sirven a Jesús pobre y humilde (DSS, capítulo 3, 1).

Como los primeros jesuitas hace más de 450 años, que fueron enviados en respuesta a la petición del emperador mogol Akbar de aprender más sobre el cristianismo, el P. D’Lima y los jesuitas siguen “tratando de responder” a la llamada a servir a Cristo en Pakistán, donde la minoría cristiana representa sólo el 1,3% de los 240 millones de habitantes de la nación. En esta misión, los jesuitas, como servidores, están llamados a ser uno con y para los pobres, los marginados y oprimidos, y todos los que sufren condiciones de vida inhumanas.

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Al final de la ceremonia, el P. D’Lima recibió la cruz de votos, símbolo de la kenosis, de la muerte por los demás. Citando el Prefacio de la primera edición de las Constituciones de 1559, atribuido al P. Pedro de Ribadeneira, el P. Pallardel dijo: “Hombres crucificados al mundo, y por quienes el mundo mismo es crucificado”. La gracia concedida a través de los votos sirve de motivación para afrontar las realidades de la vida en Pakistán en todas sus complejidades y desafíos. Ante estas realidades, los jesuitas están invitados a pensar, comprometerse y buscar constantemente soluciones prácticas a las luchas que la misión encuentra en la zona del río Indo, siguiendo el ejemplo de Jesucristo. Morir por la misión es también emprender un viaje continuo para comprender y experimentar la obra de Dios en su viña.

La abundante consolación experimentada aquel día por el padre D’Lima y por toda la comunidad reunida es verdaderamente un don del Señor, Aquel que inició esta misión. La comunidad da gracias al Señor por los muchos misioneros que han vivido, servido y muerto por la misión en Pakistán, y que quizás ahora están viendo los frutos de su largo trabajo de siembra y cultivo. La comunidad reza para que Dios, a través de María, siga acompañando al P. D’Lima y a los jesuitas en Pakistán, guiándoles y apoyándoles en su misión.

Publicado por la primera vez por JCAP – la Conferencia Jesuita de Asia y el Pacífico.

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Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
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