San Juan Berchmans

Juan Berchmans (1599-1621) personifica el ideal de que las acciones más ordinarias hechas extraordinariamente bien pueden conducir hasta una gran santidad. Murió muy joven, solo cinco años después de haber entrado en el noviciado, pero un gran deseo de ser sacerdote le impulsó a vivir la vida religiosa en plenitud. Había nacido en una familia muy religiosa en Diest, Bélgica, y había empezado muy pronto a estudiar para ser sacerdote. Mientras estudiaba vivía en la casa rectoral de la parroquia de Nôtre Dame, pasados tres años su padre le avisó de que debía dejar los estudios y aprender un oficio práctico que le permitiese ayudar a la economía familiar. El párroco del Béguinage de Diest se ofreció a sufragar la educación de Berchmans a cambio de que trabajase como criado; el 1612 hizo un arreglo similar en Mechlin, en casa del canónigo Froymont. Pero cuando Berchmans conoció a los jesuitas decidió unirse a ellos, abandonando la idea de ser sacerdote diocesano. Su padre sufrió una desilusión, porque un sacerdote secular habría podido ayudar a la familia, mientras que a un jesuita no le iba a ser posible. A pesar de todo dio el permiso para que su hijo siguiera su vocación.

Juan entró en el noviciado el año 1616 y se ajustó a sus deberes como novicio con gozo y fidelidad extrema. Buscaba el control de sí mismo a través de mortificaciones. Algunos meses después de su entrada en la Compañía murió su madre; su padre abandonó su zapatería y entró en el seminario diocesano. Fue ordenado sacerdote en abril de 1618. Poco después, en aquel mismo año, Juan hacía los tres votos religiosos y pasó a Amberes a estudiar filosofía. Sólo habían pasado tres semanas cuando le informaron de que debía trasladarse a Roma para seguir sus estudios. Antes pudo volver a Mechlin a despedirse de su padre, que más tarde falleció repentinamente.

Juan llegó a Roma el 31 de diciembre y se unió a la comunidad del Colegio Romano, donde siguió siendo tan fiel a sus estudios y a la vida religiosa como lo había sido en el noviciado. Sobresalió en los estudios y al final del tercer año fue elegido para defender el curso entero de filosofía en disputa pública. El esfuerzo que había realizado en la preparación del examen final hizo que se resintiera su salud, y durante la preparación de la disputa pública, que había de celebrarse el 8 de julio, se fue sintiendo cada vez más débil. Él hubiera esperado descansar después, pero lo eligieron también para representar al Colegio Romano en una disputa que se iba a celebrar en el Colegio Griego en agosto. Estas dos ocasiones exigieron demasiado de su débil complexión.

El 7 de agosto sufrió un ataque de disentería, y le subió la fiebre. El superior, al ver lo pálido y débil que estaba Berchmans, lo envió a la enfermería. Pero allí su situación de agravaba de día en día. Sus pulmones se inflamaron y estaba cada vez más débil. Cuando venían otros escolares a visitarlo hablaba del paraíso como si pronto se fuera a encontrar allí. El hermano enfermero sugirió que recibiera la comunión al día siguiente aunque no fuera domingo. La comunidad vino en procesión trayendo el Viático al hermano que se les moría. Pidió su crucifijo, su rosario y el libro de las reglas, y comenzó a recibir una fila interminable de visitantes, entre ellos al P. General. Pasó su última noche en oración y falleció en la mañana del 13 de agosto.

Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ