Los jesuitas de Vietnam son jóvenes y dan prioridad al acompañamiento de la juventud de su país. Lo hacen en una variedad de contextos. Por ejemplo, entre los estudiantes universitarios, y también, entre los seminaristas al servicio de la Iglesia de Vietnam. A continuación presentamos los testimonios de dos jesuitas vietnamitas comprometidos con los jóvenes.

Nguên Thái Son trabaja, a tiempo completo, en la pastoral juvenil. Así resume la orientación de su trabajo: "Nuestro apostolado quiere ofrecer una sólida formación en valores humanos, vida espiritual y compromiso en la vida. Destacamos aspectos que la educación general en Vietnam no ofrece adecuadamente, como la metodología y el pensamiento crítico. En segundo lugar, animamos a los jóvenes a abrazar y vivir los valores tradicionales vietnamitas, e integrarlos de una manera positiva en el contexto que ofrece nuestra sociedad contemporánea. Luego, como jesuitas, arraigados en la tradición de los Ejercicios Espirituales, queremos ayudar a los jóvenes a vivir una vida espiritual profunda, para madurar como creyentes. Todo esto, tanto la formación intelectual como la espiritual, está orientado al servicio de los demás, especialmente de los marginados. De esta manera los jóvenes a los que tratamos de formar, tendrán una influencia positiva en el entorno de su vida y su trabajo.”

Entre las actividades significativas de la pastoral universitaria de los jesuitas en Vietnam, señalamos en primer lugar el "retiro de verano": una semana de Ejercicios Espirituales en la que participan unos 1300 jóvenes cada año.

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Trinh Duy Suyt enseña y acompaña a los seminaristas del norte del país, en el seminario de Hanoi, siguiendo en ello una larga tradición. Antes del establecimiento del régimen político actual, los jesuitas ya servían a la Iglesia de Vietnam, teniendo a su cargo el Seminario de Dalat. Ahora, más discretamente, apoyan a las Iglesias diocesanas dando cursos y especialmente como orientadores espirituales para los seminaristas.

Así presenta Suyt su compromiso: "Veo que los seminaristas tienen un gran deseo de comprometerse al servicio de Dios y de la Iglesia. El número de seminaristas aumenta y, gracias a la ayuda mutua, perseveran en su compromiso. Sin embargo, se presentan muchos desafíos. El clericalismo forma parte de su mentalidad y hay que ayudarles a cambiar su manera de pensar; de una pastoral reservada a los fieles, a una pastoral "de salida", para la evangelización. La importancia de la profundidad espiritual también debe ser subrayada. En 2016 se instituyó un nuevo programa de formación para los sacerdotes, lo que, en mi opinión, es una herramienta muy importante. Promueve los valores que se proponen: la conversión, la purificación de las motivaciones vocacionales y, sobre todo, la amistad con el Señor.”

En todo el mundo, la Compañía de Jesús quiere, en los próximos años, dar prioridad al acompañamiento de los jóvenes que buscan un sentido a sus vidas y que desean encontrar formas significativas de compromiso. La tradición ignaciana, adaptada a nuestros tiempos y a los diversos contextos culturales, será un instrumento importante para lograr este objetivo.