El apostolado social jesuita ante la prueba del déficit de gobernanza en África
En ciertos países, las cuestiones sociales urgentes suelen esconder una situación de falta de gobernanza. La acción social debe ir a las raíces de ese mal.La celebración del 50 aniversario del secretariado del apostolado social jesuita será para África una ocasión de echar una mirada a su propio pasado para construir el futuro de este apostolado en el continente, una manera de refundar el sector y darle un impulso para servir mejor a la misión.
En 1949, cuando el entonces General de la Compañía, el padre Janssens, publica la instrucción sobre el apostolado social, la mayor parte de África aún no está descolonizada y la mayoría de los jesuitas son occidentales. África es un hervidero de movimientos de emancipación. Una década separa la publicación de esta instrucción y los años de las independencias (los 60). El combate político de las poblaciones y de los intelectuales africanos no será la prioridad del apostolado social naciente; el compromiso de los jesuitas se orientará más bien hacia los esfuerzos de «desarrollo». Pero, aun sin estar en la primera línea del compromiso porla independencia del continente, las estructuras de la Compañía participarán en la formación de la conciencia social de los africanos.
Por seguir con esta epopeya de la historia de los jesuitas en el continente negro, en 2012 se reunieron en Nairobi alrededor de cincuenta jesuitas africanos y no africanos para celebrar el 50 aniversario de la independencia de los países africanos y evaluar el papel desempeñado por los centros sociales en África. En su discurso de apertura, el padre Michael Lewis, entonces presidente de la Conferencia de África y Madagascar (JESAM), afirmó que el apostolado social tendría que ayudar a afrontar el desafío de la pobreza debida a la mala gobernanza en África. El padre Orobator, entonces Provincial de África Oriental, confirmó esas palabras: «I would argue that a leadership deficit is the single most formidable obstacle to progress and development in post-independent Africa» [Yo sostendría que el déficit de liderazgo constituye el obstáculo más formidable para el progreso y el desarrollo de África en la etapa posterior a la independencia].
Los
principales desafíos del apostolado social en África, identificados en el fórum
de junio de 2012, inspirarán durante seis años la investigación y las acciones
de la Jesuit Africa Social Centres Network (JASCNET - Red jesuita de
centros sociales africanos). En las cuatro esquinas del continente el
apostolado social abrirá nuevos frentes, entre ellos los conflictos pre- y
poselectorales, el trabajo con las víctimas de las guerras y de la violencia,
la presencia junto a refugiados y migrantes, la lucha contra el acaparamiento
de las tierras, el acceso al agua potable de las poblaciones marginadas, la
lucha contra el cambio climático e incluso la protección de la selva de la
cuenca del Congo.
Aun cuando la investigación nos orientaba hacia nuevos problemas como Boko Haram o El-Shabbab, los jesuitas implicados en esas investigaciones llegaron a conclusiones sorprendentes: «El auge del islamismo radical e integrista viene a injertarse en la mala gobernanza, que se manifiesta en los procesos de democratización confiscados o corrompidos (con el desempleo juvenil como consecuencia), en las fuerzas armadas al serviciode individuos, en la criminalizaciónde la competencia exterior en lo que concierne a los recursos naturales africanos».
Investigaciones realizadas en más de diez países han demostrado que el auge de este nuevo fenómeno está vinculado a la marginación y la rebeldía de una juventud que se enfrenta al paro y al abandono de las políticas públicas. Son jóvenes a los que ya nadie ofrece perspectivas ni razones para esperar que mejore su suerte. Su amargura, frustración y rencor son entonces recogidos, exacerbados y radicalizados por el discurso islamista o por los traficantes de personas, que los inducen a tomar el camino de la emigración. Son víctimas de las consecuencias sociales de la crisis de liderazgo en África.
Desde entonces, el apostolado social ha puesto en marcha nuevos proyectos para enfrentarse de manera cualitativa al déficit de gobernanza que padece el continente. Se han identificado cuatro ejes.
El primero: la importancia de que el apostolado social esté sostenido por una espiritualidad de la acción social y tenga una base doctrinal sólida, en particular la doctrina social de la Iglesia. El segundo: fundamentar la acción social en análisis sociales sólidos; nada de activismo ni de improvisación. El tercero: mejorar las herramientas de trabajo para aumentar las capacidades operativas. Y, por último, el cuarto: la importancia de dominar las nuevas técnicas de comunicación, incluidas las redes sociales, necesarias hoy sobre todo para llegar al público joven.
El programa de formación en el compromiso
sociopolítico de los jóvenes jesuitas cuenta con un manual para el formador. Su
objetivo es preparar a las futuras generaciones de jesuitas para que concentren
sus esfuerzos allí donde pueden esperar un resultado multiplicador. No debemos,
pues, perder de vista que detrás de las cuestiones sociales
urgentes del momento, como la pobreza, el desempleo, las enfermedades o las
migraciones, se esconde la situación de un continente africano con falta de
gobernanza. Ayudar a construir las instituciones de gobernanza de los Estados
africanos podría ser la respuesta.
[Artículo de la publicación "Jesuitas - La Compañía de Jesús en el mundo - 2020", por Rigobert Minani Bihuzo SJ]