Fuerte apoyo institucional a los jesuitas en Myanmar
El 19 de marzo entró en vigor un decreto del Padre General en el que se anunciaba un nuevo “estatuto” para lo que hasta ahora era la “Misión de Myanmar”. Estuvo bajo la responsabilidad de la JCAP (Conferencia Jesuita de Asia-Pacífico). Myanmar (MYN) es ahora considerada una Región dependiente de la Provincia de Filipinas (PHI). La nueva Región cuenta con 38 jesuitas, de los cuales 28 son escolásticos. No cabe duda de que allí sopla un viento de juventud.
A
primera vista, podría parecer que se trata de un simple cambio administrativo. No
obstante, para los jesuitas que trabajan en este país asiático, sometido a una
extrema tensión política, esta es una señal de confianza que les otorga el
Padre General y sus compañeros de Filipinas. Tras un serio proceso de
discernimiento, los superiores mayores de Myanmar, Filipinas y JCAP habían
hecho esta sugerencia de cambio de estatuto al General, que reconoció la
autenticidad del trámite realizado tanto en Myanmar como en Filipinas.

En la carta que escribió a sus compañeros, el P. Mark Raper, el superior de la Misión, decía: “Recemos juntos para que esta iniciativa de acompañamiento y colaboración traiga, como sugiere el Padre General, una nueva energía para la misión, tanto en la Provincia como en la Región. El Padre General es muy consciente de las tensiones a las que se enfrenta el pueblo de Myanmar en la doble crisis que le afecta, la pandemia universal y el golpe de Estado, y sigue de cerca los acontecimientos, uniendo su oración solidaria a la nuestra.”
Por su parte, el Provincial de Filipina el P. Primitivo Viray, también publicó una carta para la ocasión. Escribió: “En el contexto de la escalada de tensiones y de los llamamientos a una paz y una justicia auténticas en Myanmar, la Provincia (de las Filipinas) presta su voz y su ayuda a las hermanas y hermanos de ese país en sus aspiraciones a un futuro esperanzador basado en la dignidad de todo ser humano y en el respeto de los derechos humanos”.
Sigamos
acompañando en la oración al pueblo de Myanmar y a los jesuitas de esta Región.
