El voto de pobreza de los jesuitas – Una nueva serie de vídeos mensuales
La pobreza religiosa es un tema de actualidad e incluso controvertido. En una carta sobre la pobreza de los jesuitas el pasado septiembre de 2021, el P. General, Arturo Sosa, nos invitó a ir más allá de las disputas y controversias y a encontrar un nuevo significado y vida en nuestro voto de pobreza. El P. General insiste en que nuestra pobreza es indispensable si deseamos acercarnos a Cristo y vivir nuestra vocación más profundamente, más auténticamente y con mayor alegría.
A partir de la carta,
hoy comienza una nueva serie de vídeos sobre la pobreza religiosa. Cada mes,
durante 2022, escucharemos a los jesuitas cómo viven su voto de pobreza.
Escucharemos las luchas que han tenido y las alegrías que han experimentado.
Reflexionamos con ellos sobre cómo podemos vivir nuestro voto de pobreza de una
manera más profunda y alegre. Esto puede ser un fruto del proceso de conversión
al que nos llama el Año Ignaciano.
La llamada e invitación a vivir nuestro voto de pobreza se refleja en cada una de las Preferencias Apostólicas Universales:
• La primera Preferencia nos anima a seguir buscando el camino hacia Dios y a mostrar ese camino a los demás. A medida que nos acercamos a Jesús pobre y humilde, y le amamos y servimos más, encontramos el camino para nosotros mismos y para los demás. Descubrimos una nueva luz y estamos llamados a compartir esa luz tan gratuita y ampliamente como sea posible.
• La segunda Preferencia nos anima a estar del lado de los marginados, de los excluidos y de los que la sociedad considera despreciables. Con, en y a través de ellos, encontramos a Jesús pobre y humilde de forma privilegiada. Es donde Jesús vive y nos dice: “Venid y veréis”. (Jn 1,39). Vemos dónde vive Él, cuando nos encontramos con los pobres y excluidos y caminamos con ellos.
• Los jóvenes, que buscan su camino en la vida, lo hacen con una vulnerabilidad y una incertidumbre que muestran el rostro compasivo de Cristo. A menudo, sin trabajo ni seguridad, los jóvenes se acercan a nosotros en busca de apoyo y comprensión. ¿Somos lo suficientemente pobres para escuchar su grito?
• La llamada a colaborar en el cuidado de la casa común es una llamada a la sencillez. Nuestro mundo es insostenible y su modelo económico ha dejado mucho que desear. La pobreza religiosa da testimonio de un camino diferente y contracultural para la humanidad: un camino que ofrece una alternativa válida y probada en el tiempo al consumismo y que conduce, sin duda, a la plenitud de vida de la que habla Jesús en Jn 10,10.
Nuestra pobreza
religiosa nos llama a anteponer lo que somos a lo que hacemos o a lo que
poseemos. Nos llama a dar testimonio al mundo de que el valor de cada persona
reside en su ser y no en las posesiones, la posición o el poder.