Consiglio Allargato – El testimonio de un veterano
Durante la semana del 29 de mayo al 2 de junio, el P. General convocó su Consejo Ampliado. Este Consejo, conviene recordarlo, añade a los Consejeros habituales los Secretarios de los sectores apostólicos de la Compañía y los Presidentes de las seis Conferencias Regionales. Como era de esperar, los trabajos se centraron en el seguimiento de la reciente Congregación de Procuradores, celebrada en Loyola en mayo. Una revisión de la experiencia, los temas que se trataron y las ponencias. Así como las cuestiones sobre cómo transmitir a toda la Compañía y a sus compañeros en la misión las conclusiones sobre el estado actual de la Compañía y las orientaciones que se perfilan para los próximos años.
Nuestro
artículo sobre el Consiglio Allargato,
en esta ocasión, no pretende presentar el contenido de la reunión, sino ofrecer
a uno de sus miembros, el P. Franck Janin, Presidente saliente de la
Conferencia de Provinciales Jesuitas de Europa, la oportunidad de contarnos su
experiencia en este Consejo durante los últimos seis años. He aquí lo que nos
quiere compartir.
Franck Janin, ¿qué recuerda de su paso por el Consiglio Allargato al final de su mandato? ¿Qué le pareció la cúpula de la Compañía? ¿Qué tipo de solidaridad o sinodalidad puede ver en este Consejo? ¿Cómo ha moldeado su propia vida - a nivel humano y espiritual - esta experiencia?
Recuerdo
la experiencia más fuerte que he tenido en los últimos seis años como miembro
del Consiglio Allargato: el
discernimiento de las Preferencias
Apostólicas Universales. Recuerdo que me impactó la audacia del P. General
al invitar a toda la Compañía a entrar en un proceso de discernimiento común
para definir la orientación de nuestra misión para los próximos diez años. Un
acontecimiento único en nuestra historia. Sin embargo, hunde sus raíces en una
práctica que parecía familiar a los primeros jesuitas, pues tenemos evidencia
de ella cuando se encontraban en Venecia esperando partir para Jerusalén. Y,
sobre todo, cuando tomaron la decisión de fundar la Compañía de Jesús a través
de lo que se llamó “la deliberación de los primeros padres”.

Fue impresionante reunir todas las aportaciones de las seis Conferencias Regionales y pasar diez días con el Consejo ampliado - un verdadero retiro - para escuchar lo que el Espíritu quería decir a la Compañía para realizar su misión en los tiempos que vivimos. Desde entonces, hemos visto cómo estas Preferencias Apostólicas arraigaban en la vida de nuestros compañeros y les daban, a ellos y a todos aquellos con quienes colaboramos, dinamismo y auténtica alegría.
Esta actitud de discernimiento en común, alimentada por la práctica consciente de la conversación espiritual, es ahora nuestro modo habitual de proceder en el Consejo Ampliado del P. General. Hemos reducido el número de temas que tratamos y dedicamos tiempo a la oración personal para alimentar nuestras conversaciones. Esto no quita en absoluto al P. General la responsabilidad final de las decisiones, pero ofrece una calidad sin igual de escuchar, hablar y compartir. Esto me da confianza en el gobierno de la Compañía, y estoy encantado con la perspectiva de que este modo de hacer las cosas se generalice en todos los niveles de gobierno. Y los miembros del Consejo dan testimonio de ello: la práctica del discernimiento tan querida por Ignacio, tanto en su dimensión personal, como comunitaria, está arraigando en toda la Compañía.
Llama la atención que esta renovación del discernimiento en común dentro de la Compañía se desarrolle en un momento en que el Papa Francisco está comprometiendo al pueblo de Dios en el camino de la sinodalidad. Esto puede verse como una confirmación de que estamos trabajando bien en sinergia con la Iglesia. También se nos anima a poner los recursos de nuestra espiritualidad a su servicio.
Para
mí, el Consejo Ampliado ha sido una maravillosa experiencia de fraternidad. Ya
no podré considerar el gobierno central de la Compañía como un órgano distante
y desconectado de la vida del cuerpo. Sé que el P. General, junto con todos los
Consejeros, Asistentes, Secretarios y todos los demás miembros que están
trabajando en Roma, están poniendo toda su fuerza humana y espiritual al
servicio de la Compañía universal.Les estaré siempre agradecido.