El Padre General visita la Pontificia Universidad Javeriana
Si hay una institución jesuita conocida y reconocida en Colombia - y mucho más allá de sus fronteras - es la Universidad Javeriana. Fundada en 1623, fue un importante centro de enseñanza e investigación hasta 1767, cuando los jesuitas se vieron obligados a salir de lo que entonces se llamaba el “Nuevo Reino de Granada”. Esto ocurrió unos seis años antes de la supresión de la Compañía de Jesús por el Papa Clemente XIV, actuando bajo diversas presiones políticas. No fue hasta 1931 cuando los jesuitas pudieron reabrir La Javeriana. Desde entonces, la universidad ha crecido y se ha desarrollado a lo largo de las décadas, tratando de ofrecer una educación superior marcada por los principios de la educación jesuita.
El
22 de junio, el P. Arturo Sosa, Superior General, visitó la Javeriana.
Participó en un intercambio con representantes de los distintos órganos de la
institución. El tema elegido para la reunión fue: “¿Qué universidad para qué
país?” Fue acogido por el nuevo rector, el P. Luis Fernando Múnera Congote. Le
preguntamos al rector cuáles son los desafíos que enfrenta una universidad como
la que él dirige para cumplir con su vocación “jesuita” o “ignaciana” en el
contexto actual. He aquí lo que nos respondió.
Luis Fernando Múnera:
“La Universidad Javeriana es una Universidad Jesuita que escucha atentamente las orientaciones de la Compañía de Jesús y en su identidad y modo de proceder busca ser creativamente fiel a este horizonte inspirador. No obstante, la identidad jesuita no es un logro que se alcanza de una vez para siempre, sino una tarea abierta y una construcción permanente en la que tenemos que comprometernos todos los días.
Para ser auténticamente ignacianos y jesuitas se requiere un discernimiento constante y un esfuerzo de coherencia en nuestra acción, allí encontramos muchos retos y desafíos.
Un reto importante es responder a los desafíos de la sostenibilidad de una manera integral, más allá de la sostenibilidad económica y financiera, sabiendo que un apostolado de calidad requiere de medios para llevarse a cabo.
Para
una Universidad Jesuita, para cumplir con su misión y compromiso social,
buscamos formar seres humanos y ciudadanos compasivos y conscientes del mundo
en que viven. En esta misión cobra particular relevancia una defensa del modo
de ser democrático: la defensa por la igual dignidad de las personas, del
diálogo respetuoso, argumentado y abierto. Una universidad debe ser un espacio
donde todos puedan encontrarse y dialogar, un templo de la democracia.
Entre los múltiples retos y misiones de la Universidad hoy, la situación de los jóvenes, sus miedos y sus incertidumbres nos pide estar muy atentos a la cura personalis, como un rasgo muy valioso de nuestro proyecto educativo. La Universidad Javeriana encuentra que el eje articulador de las funciones de la Universidad, la docencia, la investigación y el servicio está en la formación integral, un proceso que vive toda la comunidad universitaria.
Hacer
de esta Universidad un medio
universitario,donde todos aprendemos de todos, donde tenemos intercambios
humanos significativos y vivimos un proyecto de vida con sentido es un gran
desafío para la Universidad Javeriana de hoy y del futuro.”