El Examen ignaciano en el colegio Wah Yan

John Yong Tang, SJ; Jasmine Hui Nga Man; Alan Ting Yuet Wong, SJ - Wah Yan College, Hong Kong, Provincia china
[De la publicación “Jesuitas 2023 - La Compañía de Jesús en el mundo”]

Alumnos de una escuela secundaria jesuita de Hong Kong comparten sus experiencias con una adaptación del Examen ignaciano.

El Wah Yan College, en Kowloon, es una escuela secundaria jesuita de Hong Kong. Tiene 884 alumnos y unos 100 empleados. Hace seis años, el colegio decidió introducir el Examen en el horario diario de todos los cursos. Cada día escolar comienza con una sesión de educación en valores de inspiración jesuita de veinte minutos y la oración del Examen se hace justo después del almuerzo. Esto permite que el ethos jesuita crezca en las mentes y los corazones de los alumnos a través tanto de la teoría como de la práctica. Debido a que la mayoría de los estudiantes y profesores no son cristianos, se hacía necesario adaptar el Examen. Tuvimos que afrontar dos grandes retos.

En primer lugar, hubo que adaptar el Examen. Se elaboraron textos en cantonés y en inglés ajustados al contexto no religioso del colegio. Además, el concepto de «encontrar a Dios en todas las cosas», se sustituyó por el de «encontrar la bondad en todas las cosas», que se convierte en la frase que impregna la reflexión de los alumnos sobre sus vidas, estudios, familias, amistades y relaciones.

En segundo lugar, había que formar a los profesores para que guiaran la oración del Examen. Se les dieron algunas charlas y también preparamos vídeos para profesores y alumnos, como guía para los profesores que aún no se sentían suficientemente preparados. Los textos y los vídeos esbozaban el marco básico del Examen para el Wah Yan de Kowloon. Una vez que los profesores dominaron el Examen, se les animó a adaptarlo todavía más al contexto particular de sus clases.

Seis años más tarde, el Examen forma parte de la vida cotidiana de la escuela, con profesores y alumnos formados y capaces de dirigir el Examen en grupo. Los resultados han sido positivos. Los beneficios para los alumnos han sido numerosos y abarcan una serie de áreas, pero lo más importante es que los alumnos se han vuelto más tranquilos, más reflexivos y han mejorado su comportamiento. También han mostrado unos estándares de conducta más exigentes. Concretamente, ¿por qué no escuchar a los propios alumnos? Hemos seleccionado a cuatro, dos católicos y dos no católicos, para que compartieran sus experiencias con el Examen de la escuela.

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Algunos testimonios

Les preguntamos: 1) ¿desde cuándo practicas el Examen diario? ¿Lo practicas solo en el colegio o también en casa?

«He practicado el Examen durante unos cinco años. Desde mi primer curso en Wah Yan, hemos hecho el Examen después de la hora del almuerzo todos los días, guiados por nuestro tutor. Lo practico tanto en la escuela como en casa, y también lo uso durante las vacaciones escolares.» (Jack, alumno de 5.º curso no católico)

2) ¿De qué manera la práctica del Examen diario te ayuda a aprender y crecer como persona, ya sea por su contenido, su formato o elementos clave? ¿Podrías poner algún ejemplo?

«La práctica del Examen diario me ayuda a ser más maduro y, al mismo tiempo, a descubrir mis propios puntos fuertes y a conocer mis propios defectos. Por ejemplo, antes de presentarme a la elección para presidente del coro de la escuela, reflexioné sobre mí mismo, en qué aspectos tengo más confianza y en cuáles me falta. Entonces descubrí que mis habilidades para hablar en público no son muy buenas, especialmente cuando estoy frente a un grupo grande de personas. También descubrí que, teniendo disposición a cooperar, podía dejar que mi vicepresidente se encargara de ello; así que escogí a un vicepresidente que realmente sabe hablar con seguridad y me proporciona mucho apoyo. Personalmente, me centro más en las responsabilidades administrativas. Resultó que trabajamos muy bien a pesar del virus del Covid-19 que alteró los planes de todos.» (Leo, alumno de 5.º curso, católico)

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3) ¿Cómo fomenta el Examen diario tu crecimiento espiritual, la comprensión de los valores ignacianos o del cristianismo?

«El Examen me ayuda a ser más agradecido por lo que tengo, y me lleva a cambiar mis malos hábitos. Normalmente nos centramos en lo que no tenemos en lugar de lo que tenemos. Pero a través del Examen se nos recuerda que debemos pensar en lo que tenemos, y en cómo mejorarlo, que es lo que significa el magis. Por ejemplo, yo suelo dejar tareas que se entregaron con más de tres semanas de antelación para los últimos días, y esto hace que se me acumulen las tareas, sobre todo cuando se acercan los exámenes. Además, el Examen también ayuda porque me da tiempo para pensar en cómo motivarme para estas tareas a largo plazo. Entonces, voy haciéndolas, un poco cada día, antes de ponerme directamente a los deberes del día siguiente.» (Victor, alumno de 3.º, católico)

4) ¿Continuarás haciendo el Examen diario después de la graduación? ¿Por qué o por qué no?

«Sí. Cuando tenga problemas con los trabajos en la universidad, reflexionaré sobre lo que hice. Si no tengo mucho tiempo, siempre encontraré un ratito para reflexionar. Y siempre intentaré ser agradecido.» (Marcus, estudiante de 1.º, no católico)

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Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
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