Por favor, escuchadnos… El grito ignorado de los jóvenes
N. Parthasarathi, SJ - Provincia de Chennai
[De la
publicación “Jesuitas 2023 - La Compañía de Jesús en el mundo”]
Motivación para estar al lado de los jóvenes a partir de la experiencia de acompañamiento proporcionada por la All India Catholic University Federation.
Hacía una tarde estupenda mientras me preparaba para salir a los campos de Loyola College para jugar, como de costumbre. Sonó mi móvil. Nada más cogerlo, oí claramente la petición de la persona que llamaba: «¡Padre! ¿Podría dedicar un rato a escucharme?». Era la llamada de una damisela en apuros. Percibiendo inmediatamente la urgencia de esa llamada, respondí: «Por supuesto, hermana». Mi disponibilidad como jesuita me obligaba a reorganizar la agenda de esa tarde. «Tarde de juegos» desapareció del primer lugar.
Al escuchar mi respuesta, se presenta en voz baja. Pertenece a una familia dalit (la comunidad más marginada de nuestro país). Sus padres son jornaleros (trabajan la tierra, pero no son propietarios de ningún terreno). Era la mejor estudiante de su colegio. Cuando expresó a sus padres su deseo de continuar con sus estudios universitarios, no pudo obtener ninguna respuesta alegre de ellos. Sus padres eran conscientes de que había sido la «primera» en varias ocasiones: es la primera niña de su pueblo que termina la secundaria. Y otra «primicia» suya debe haber causado cierta ansiedad en sus padres: es la primera de las tres niñas de su familia. Con muchas dudas, le dijeron que sí a seguir estudiando. Su simple respuesta tácita aquella tarde fue que haría felices a sus padres consiguiendo ser la primera en la universidad. Eso, definitivamente, sería una inspiración para sus dos hermanas menores.
Asiste a sus actividades universitarias viajando diariamente en un autobús que va muy cargado y tiene una frecuencia limitada. Este viaje le causa varios problemas: casi todos los días, los hombres de su pueblo pertenecientes a la llamada casta superior abusan de ella mentalmente. Además, tampoco dudan en agredirla físicamente. Por miedo a que su sueño de ir a la universidad se acabe, no ha mencionado a sus padres este cruel crimen. Sufre mucho y no hay nadie que escuche su llanto. Después de que me contara esto, pude sentir la esperanza que irradiaba su corazón y la alegría por poder aliviar su dolor.
Por último, dio las gracias a los jesuitas por la
universidad y por proporcionarle la ayuda financiera que tanto necesitaba.
También expresa su agradecimiento al movimiento jesuita All India Catholic University Federation (AICUF - Federación
Católica Universitaria de la India). Los jóvenes de la AICUF básicamente se
esfuerzan por capacitar a los dalits
y a otros sectores marginados de la sociedad.
Hay otra chica, de apellido Aadilakshmi, estudiante de primera generación perteneciente a la comunidad tribal de los Irular, que está en su último año de educación secundaria. Participa activamente en la misión tribal de los jesuitas (Palavai, en Tindivanam). Da clases en nuestro centro de estudio nocturno. También participó con entusiasmo en el Taller de Periodismo Verde de tres días para jóvenes en el Secretariado de la AICUF en Chennai, organizado por la Comisión de Juventud de la Provincia. En una Ghram Sabha (reunión comunitaria de la aldea) celebrada en su pueblo para debatir algunas cuestiones de interés común para la gente del pueblo, hizo que todos escucharan su voz diciendo con valor y confianza: «Es nuestro pueblo, somos parte de este pueblo y vamos a ser el futuro de este pueblo. ¿Por qué no escuchan nuestra voz?». Por primera vez expresó los deseos de las mujeres y los niños en el foro común. Hoy es un rayo de esperanza para las mujeres y los niños de su comunidad tribal. Su exigencia es esta: nosotras, las mujeres, también tenemos nuestro legítimo lugar en las próximas reuniones. Los hombres presentes en la reunión reconocieron su valentía.
Estos dos acontecimientos permanecen en mi corazón
mientras camino con los jóvenes cumpliendo la expectativa de la Compañía de
Jesús. Los jóvenes de hoy son conscientes de que hay varias luchas enterradas
en el silencio de sus corazones. Nuestro Papa Francisco llama a los jóvenes el
«ahora» del mundo. Nuestros jesuitas buscan hacer realidad la Preferencia Apostólica Universal que
establece a la juventud como una importante prioridad hoy. Esto exige que como
jesuitas tengamos presente nuestra prioridad de abrir nuestros oídos a todos,
especialmente a los jóvenes que siguen siendo vulnerables. «Escuchar es
gracia». San Ignacio escuchó la llamada del Rey Eterno. La necesidad del
momento es la que nos pide que escuchemos a los jóvenes.
¡Algunas lecciones que he aprendido escuchando a los jóvenes!
Estas lecciones nos mantienen a mí y a mi misión entre ellos vivos y activos... Son solo unas ideas... Pruébalas...
• Abramos las puertas de nuestra comunidad para que los jóvenes entren y experimenten a Dios a través de nuestra vida comunitaria.
• Acompaña a los jóvenes simplemente estando ahí y escuchándolos.
• Expresa una palabra de aliento, ellos hacen maravillas con esta chispa de energía positiva.
• No los juzgues, más bien celebra su vida que está llena de creatividad, críticas y la cultura de estar en el presente con alegría.
• Los jóvenes anhelan que alguien los escuche. Nada más.
• Cuando acompaño a los jóvenes, me siento agradecido
por su compartir lleno de fe, su colorida celebración de la vida con diversidad
de pensamientos y acciones, sus críticas constructivas dirigidas a la
deconstrucción de ideologías opresoras y su espiritualidad juvenil de estar en
el presente con lo divino.