Acompañar a los estudiantes: una prioridad para los jesuitas de Chequia
El Padre General Arturo Sosa está visitando la Provincia de Bohemia, cuyas fronteras coinciden con las de la República Checa. Durante la primera parte de su viaje, se encuentra en Moravia, al este del país. Se trata de una región en la cual la tradición católica permanece más fuerte que en el oeste o el norte, donde el fenómeno de secularización ha sido más acusado. Hay dos ciudades universitarias en la que los jesuitas se dedican con prioridad, y a partir de los servicios que ofrecen las Iglesias de la Compañía, al acompañamiento de estudiantes universitarios. Hemos pedido a dos capellanes jesuitas que nos hablen de su trabajo.
Jan Regner es capellán en la parroquia universitaria de Olomouc. Enumera los desafíos que han de afrontar los jóvenes y en qué les puede ayudar el “acompañamiento ignaciano”.
“Los jóvenes han de enfrentarse frecuentemente a ciertas presiones que suscitan en ellos angustia existencial. El progreso tecnológico y los medios sociales han abierto nuevas posibilidades, pero son causa a la vez de nuevas dificultades, como diversas formas de adicción, culto al cuerpo y un modo de vida muy secularizado. Para aquellos jóvenes que son creyentes, las nuevas tecnologías ofrecen una serie de estímulos que desvían su compromiso con las estructuras tradicionales de la iglesia, y les llevan hacia formas alternativas de espiritualidad.
A menudo viven una fuerte tensión interior. Por un lado sufren la presión de las exigencias externas de sus padres, profesores y autoridades de la Iglesia; por otro, viven con urgencia los deseos de tener éxito en la consecución de sus propios planes. Pero un exceso de exigencias poco realistas unido a su propia fragilidad, les conducen a menudo a experimentar dolorosas decepciones y crisis de identidad, e, incluso, más de una vez, a la depresión.
En nuestro centro universitario organizamos diversas actividades que promueven su crecimiento personal y espiritual. Participan en ellas estudiantes de diversas disciplinas, que en su mayoría provienen de familias cristianas, aunque también vienen algunos no creyentes. Tenemos como meta crear una comunidad abierta y alegre donde los jóvenes puedan encontrar la oportunidad de experimentar el gozo de la fe y el placer de estar juntos. Nuestra comunidad cristiana significa un espacio seguro en el que pueden compartir abiertamente sus preocupaciones y sus dudas, lo que piensan y sienten. Les motivamos a partir de la gratitud, camino que el mismo Ignacio experimentó en su día. Ignacio intentaba descubrir la presencia de Dios releyendo su propia vida. Introdujo la práctica del examen, que comienza siempre expresando agradecimiento. Por eso intentamos inculcar en nuestros estudiantes el ser agradecidos y que detecten belleza aun en las pequeñas cosas que experimentan en sus vidas.”
Petr Hruška, capellán del Movimiento Universitario Católico de Brno (MUCB), nos describe la población estudiantil y cómo viven su fe los jóvenes.
“De octubre a mayo, Brno, con sus 80.000 estudiantes, es una ciudad universitaria muy animada, de día y de noche. Pero el número de estudiantes creyentes es muy modesto en un país donde el 91% de los jóvenes no se identifica con ninguna religión. De los demás, el 7% se declara católico. Y tenemos la sensación de que la pandemia ha reducido aún más el número de jóvenes creyentes.
No querríamos pecar de demasiado optimistas, pero se da una tendencia interesante: el número de universitarios creyentes está aumentando. Una asombrosa tendencia en una sociedad de consumo en la que a menudo a la Iglesia se la percibe como enemiga del Estado, alguien que roba, una red de pedófilos, un grupo de locos o lunáticos. La última afirmación es más o menos correcta... Recordemos que el apóstol Pablo escribió a los Corintios: ‘Si estamos locos, es por Dios’.
Otra tendencia que está surgiendo en Brno entre los jóvenes creyentes - y lo confirma una encuesta realizada por la Conferencia Episcopal - es que aprecian la comunidad, pero en grandes grupos, mientras que se frecuentan menos aquellos grupos pequeños en los que se comparte y profundiza la fe. Tienen una experiencia de fe muy emocional. No suelen leer la Biblia ni meditar sus textos.
Este es el contexto en que viven los estudiantes de Brno que participan en las actividades del Movimiento Universitario Católico, del que soy capellán. Por ello, en nuestra comunidad estudiantil tratamos de responder a estos desafíos organizando actividades diversas de carácter espiritual y social. La comunidad del MUCB está abierta a todos aquellos que estén interesados en compartir su vida con otras personas en las que encuentren puntos de anclaje.”
Pueden ver las magníficas fotografías que ilustran las actividades del Centro de estudiantes de Olomouc. La autoría de la mayor parte pertenece a la asociación de fotógrafos religiosos Člověk a víra (El hombre y la fe).