La Provincia australiana en espera de esperanza y sabiduría del Padre General
Este fue uno de los viajes que fueron aplazados a
causa de la pandemia de COVID-19. Pero ahora el P. Arturo Sosa está en camino
de visitar por primera vez la Provincia australiana y participar en la Asamblea
de Superiores Mayores de la JCAP (Conferencia Jesuita de Asia-Pacífico). Como
anticipo, hemos pedido al Provincial de la Provincia de Australia, el P. Quyen
Vu, que nos cuente lo que sus compañeros jesuitas y colaboradores en la misión
esperan de este encuentro con el Superior General. El Provincial nos habló también
de su Provincia y de los retos a los que se enfrenta. E incluso compartió, a un
nivel más personal, lo que le sostiene en el cumplimiento de su tarea de
animación espiritual y liderazgo apostólico en el inmenso territorio de su
Provincia. He aquí algunos extractos de esa entrevista.
Quyen Vu, el Padre General acaba de llegar a Australia. ¿Qué espera usted y toda su Provincia de esta visita?
Esperamos
con impaciencia la visita inaugural del Padre Sosa a Australia. Creemos que
esta visita aportará ánimo, esperanza y sabiduría a nuestra Provincia. Su
amplia comprensión de la misión universal de la Compañía de Jesús ofrecerá
valiosas perspectivas, ayudándonos a discernir dónde es más necesaria nuestra
presencia y cómo podemos servir eficazmente al pueblo de Dios en el mundo de
hoy. Hay otra expectativa específica que tenemos en mente: la participación del
Padre General en el Sínodo sobre la Sinodalidad, así como su cercanía al
Vaticano, nos darán indicaciones valiosas sobre cómo podemos servir eficazmente
a la Iglesia universal y, más concretamente, a nuestra Iglesia local en
Australia.
Usted lleva tres años en el cargo de Provincial. ¿Cuáles son, en su opinión, las fortalezas y las debilidades de la Provincia australiana en este momento de su historia? ¿Qué rostro de la Provincia australiana presentará al Padre Sosa?
La principal fortaleza es la colaboración de los laicos, tan importante dado el número cada vez menor de jesuitas disponibles para gestionar nuestras obras. Gracias a esta colaboración, hemos adquirido importantes conocimientos de parte de nuestros colaboradores laicos, que demuestran una gran profesionalidad y un profundo compromiso con nuestra misión y espiritualidad.
Por supuesto, debemos reconocer nuestras debilidades: por ejemplo, aunque la colaboración con colegas laicos aporta muchos beneficios, puede haber un inconveniente cuando algunos jesuitas se sienten marginados como resultado de esta dinámica cambiante. En el contexto complejo en el que vivimos, algunos jesuitas se encuentran lidiando con cuestiones relativas a la identidad jesuita. Se preguntan qué significa decir que una obra es jesuita cuando está dirigida por una empresa o corporación con poca o ninguna participación jesuita. Yo añadiría que la reducción del tamaño de nuestras comunidades jesuitas podría tener un impacto negativo sobre la vida comunitaria. En relación con este último punto, soy consciente, en el contexto de una Provincia que envejece, de no imponer una carga adicional a mis compañeros jesuitas que ya han dado tanto. La escasez de personal jesuita es un asunto acuciante.
Desde un punto de vista más personal, ¿qué le da energía en su trabajo de animador, qué le impulsa a proseguir la misión día a día?
En
mi papel de Provincial, encuentro una gran inspiración al observar la
inquebrantable dedicación de los jesuitas y de los colaboradores laicos a
nuestra misión de llevar a Cristo a los demás. Es alentador ver el compromiso
compartido de transmitir la Buena Nueva e infundir esperanza, especialmente
entre los marginados de nuestra sociedad. La encarnación del espíritu del Magis,
caracterizado por una dedicación total de tiempo, talentos, dones y recursos
financieros, no en beneficio propio sino de los demás, es verdaderamente edificante.
El ser testigo de su celo y de su pasión no sólo me revitaliza, sino que
también me capacita para asumir mis responsabilidades como Provincial con
vitalidad y dinamismo.
¿Puede identificar una “gracia” que haya recibido durante estos años?
En los últimos tres años he recibido varias gracias, siendo la más importante la aceptación y el apoyo de mis compañeros jesuitas. La Congregación Provincial, los retiros y las asambleas organizadas durante este período han sido muy bien acogidos y apreciados por mis compañeros. Esta es, sin duda, la gracia más importante que se me ha concedido en este cargo. Doy gracias a Dios por esta gracia sorprendente e inesperada.
Y
me inspira el versículo de San Pablo a los Romanos: “Sabemos que en todas las
cosas interviene Dios para bien de los que lo aman”.