Beato Diego Luis de San Vitores

Beato Diego Luis de San Vitores

Diego Luis de San Vitores

Beato

  • Death: 04/02/1672
  • Nationality (place of birth): España

Diego Luis de San Vitores (1627-1672) recibió la palma del martirio en la isla de Guam. Tuvo la primera idea de entrar en la Compañía cuando aún tenía 11 años, pero la oposición de sus padres hizo que tuviera que esperar aún dos años. Nacido en una familia noble de Burgos, España, entró en el noviciado el año 1640 y estudió filosofía y teología en Alcalá de Henares antes de recibir la ordenación el 23 de diciembre de 1651. A pesar de que deseaba ser misionero en China o Japón, comenzó enseñando gramática en Oropesa y siendo tutor de los escolares jesuitas que hacían la teología en Madrid. Finalmente el General, P. Goswin Nickel, le destinó a la misión de las Islas Filipinas en 1659.

San Vitores partió de Cádiz el 15 de mayo de 1660, y se dirigió hacia México, donde tuvo que esperar 18 meses antes de continuar para las Filipinas. En la ciudad de México trabajó dando misiones y predicando por las calles, como había hecho en Alcalá. Una vez llegado a las islas dedicó varios meses a aprender tagalo, y enseguida le hicieron maestro de novicios y decano de la universidad de Manila. Durante sus cinco años en Manila San Vitores se dedicó también al trabajo misionero en el interior de Luzón y en la isla de Mindoro.

En 1664 escribió al rey Felipe IV de España describiéndole la cosecha misionera que estaba a la espera en las Ladrones, un grupo de islas a unas 900 millas al noroeste de la Filipinas. Estas islas forman un archipiélago en Micronesia, y se las rebautizó como Las Marianas en 1668 dándoles el nombre de la reina Mariana de Austria, que patrocinó la misión tras el fallecimiento de Felipe IV en 1665. San Vitores había hecho una escala allí cuando iba hacia Manila, comprendiendo bien el potencial apostólico de las islas. El rey aprobó la misión y pidió al P. San Vitores que se pusiera al frente de ella.

El trabajo en la nueva misión comenzó con suavidad, en parte gracias a un náufrago español cuya amistad con varios de los jefes de las islas abrió el camino a los jesuitas, que imitaron la vida simple de los nativos caminando descalzos, haciendo comidas de gran frugalidad y vistiendo trajes hechos de fibras prensadas. A los seis meses los bautizados eran 13.000.

El drama comenzó en 1670 cuando el P. Luis de Medina fue martirizado en Saipan, otras de las islas Marianas. San Vitores comenzó a pedir la gracia del martirio. El 1 de abril de 1672 se puso en movimiento, junto con su compañero Pedro Calonsor, para salvar a uno de los criados que llevaba, a su parecer, una vida disoluta.

Al entrar en el poblado de Tumon encontraron un hombre llamado Matapang que era uno de los primeros conversos de la misión. El tal Matapang amenazó al sacerdote, que abandonó el poblado, aunque no llegó lejos. Matapang lo encontró y, sin más, arrojó una lanza al pecho del compañero de San Vitores. El misionero, comprendiendo que se acercaba su propio final, aferró un crucifijo y cayó de rodillas. Un compañero de Matapang le golpeó en la cabeza matándole al instante.

Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ