San Felipe Evans

San Felipe Evans

Felipe Evans

San

  • Death: 07/22/1679
  • Nationality (place of birth): Gales

Philip Evans (1645-1679) es el único de entre los muchos mártires jesuitas de Inglaterra y Gales que tuvo noticia de su ejecución cuando estaba jugando al tenis. Estando prisionero en Cardiff Castle tenía permiso para hacer ejercicio. Estaba jugando un partido de tenis cuando recibió la noticia de que lo iban a matar al día siguiente. Jubiloso con la noticia, preguntó si podía terminar el partido; como no se lo permitieron, se llevó un arpa a la celda y se puso a cantar alabanzas a Dios que lo llamaba al martirio.

Había nacido en Gales y había estudiado en el Colegio Inglés de Saint-Omer, en Flandes, donde entró en la Compañía y continuó sus estudios. Tras ser ordenado en 1675 lo enviaron de nuevo a misionar en el sur de Gales, donde trabajó cuatro años antes de su arresto. Durante ese tiempo se señaló por su celo y su caridad, y porque se entregaba sin miedo a los fieles que le habían sido encomendados. Cuando la persecución contra los católicos se recrudeció, con ocasión del complot de Titus Oates en septiembre de 1678, que acusaba a los católicos con mentiras de planear el asesinato de Carlos II, él se negó a abandonar Gales. El gobierno ofrecía normalmente 50 libras de recompensa por el arresto de un jesuita, pero el magistrado de Welsh, acérrimo calvinista, añadía una oferta de otras 200 libras si se trataba del P. Evans. A pesar de las amenazas Evans siguió de capellán de Christopher Turberville en Glamorgan, donde le arrestaron los agentes cuando se negó a prestar juramento de aceptación del Acta de Supremacía reconociendo al rey como autoridad suprema en materias de religión.

Las tres primeras semanas de prisión las pasó Evans en total aislamiento dentro de una celda subterránea. Más tarde lo llevaron a una celda normal donde encontró al P. John Lloyd, sacerdote diocesano. Tuvieron que esperar cinco meses antes de comparecer en juicio el 3 de mayo de 1679, dado que la acusación no era capaz de encontrar testigos que testificaran que se trataba realmente de sacerdotes. Finalmente una mujer y su hija dijeron que ellas habían recibido los sacramentos del jesuita, lo cual era cierto. Declararon a Evans culpable de alta traición y fue condenado a ser ahorcado, destripado y descuartizado; pero la ejecución se pospuso hasta el 22 de julio, cuando el sheriff llevó a los dos prisioneros a Gallows Field, en las afueras de Cardiff. Evans, mientras subía las escaleras del patíbulo, dijo, “Éste es el mejor púlpito que pueda imaginarse para proclamar la palabra, y por eso no puedo dejar de repetir que muero por Dios y por la religión”. En el momento de su martirio el P. Evans tenía 34 años y era jesuita desde hacía catorce.

Otros mártires de Inglaterra y Gales

Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ