Durante 25 años la Provincia de Madurai mantuvo serias y prolongadas deliberaciones sobre si debería dividirse y formar una nueva entidad jurídica, la Provincia/Región de Chennai. Finalmente, en abril de 2015, la congregación provincial hizo una petición unánime al Padre General en favor de la división y la creación de una nueva entidad. El Padre General, en su carta del 19 de diciembre de 2016, se dirigía así a la Provincia: «Les invito, por tanto, a que, consultando con los implicados en el desarrollo de la Misión de Chennai, estudien y propongan una estructura apostólica que favorezca el crecimiento y la calidad de nuestro servicio a la gente en la zona de la Misión de Chennai».

El Padre Provincial creó el Jesuit Chennai Mission Committee (JCMC - Comité para la Misión Jesuita de Chennai) para que animase el proceso de discernimiento, con el objetivo de crear una estructura apostólica de lo que llegaría a ser la Jesuit Chennai Mission (JCM - Misión Jesuita de Chennai). Puesto que había diferencias de opinión inflexibles sobre la futura identidad de la JCM, el JCMC decidió usar el método de la conversación espiritual y el discernimiento, implicando a toda la Provincia. Todo el personal de la Provincia (casi 500 personas: colaboradores, comunidades de jesuitas, los jesuitas en cuatro áreas, el foro de superiores locales, los líderes de equipos, los coordinadores de comisiones de ministerios y todos los implicados en el desarrollo de la JCM) siguió con sinceridad el método mediante sesiones de discernimiento en las que se usaba la conversación espiritual para proponer una estructura apostólica para la JCM. El JCMC hizo un esfuerzo colectivo para establecer la nueva misión de casi 34 unidades, que incluían centros universitarios, instituciones profesionales, centros sociales, centros de animación espiritual, escuelas, instituciones técnicas, parroquias, etc.

Un número significativo de jesuitas tuvo una experiencia de transformación al escuchar las presentaciones sobre la larga historia de actividad misionera pionera a partir de 1601, en la que la antigua misión de Madura se había centrado sobre todo en la región norte de lo que era entonces la Provincia de Madrás. En los discernimientos por zonas, buen número de jesuitas compartió con libertad sus opiniones en grupos, al tiempo que escuchaba a otros en conversación espiritual. Se convirtieron de la indecisión a una decisión y del dilema a la claridad. Sin embargo, el proceso no impidió que un pequeño número expresara un sentimiento de incomodidad y se opusiera a la idea misma de dividir la Provincia. Esta diferencia fue vista como una indicación instructiva, en el sentido de que la elección de una estructura apostólica debe tratarse con el mayor cuidado y que la calidad de nuestro servicio a la gente y de nuestra eficacia apostólica ha de tener prioridad sobre cualquier otra justificación.

Muchos comentaron que habían experimentado consolación al expresar libremente su opinión a favor o en contra, sin inhibiciones. Resultó iluminador darnos cuenta de que habíamos pasado por un proceso deescucha atenta de las opiniones de to­­­dos. Muchos estaban contentos porque todo el mundo había compartido la preocupación por la prioridad del servicio a las comunidades y porque se había alcanzado claridad sobre la estructura que queríamos sin entrar en discusiones y debates acalorados. Este ejercicio de conversación espiritual condujo a una renovación espiritual, creando un buen clima en la asamblea, en la línea de comprender los puntos de vista de los demás, lo cual llevaba a una unión de corazones y de mentes.

La Provincia estuvo totalmente abierta a la voluntad de Dios. Durante todo el proceso fuimos fieles a nosotros mismos en el compartir y valientes para tomar decisiones. El método seguido llevó a algunos jesuitas que antes estaban llenos de suspicacia a un espíritu de reconciliación. Al principio, algunos participantes sentían cierto miedo y ansiedad, pero esto se disipó después del compartir en grupos. Al darse cuenta de que esta era la forma en que Dios los conducía a una comprensión más profunda, los que dudaban se mostraron finalmente dispuestos a abandonar sus propias ideologías, abriéndose a las insinuaciones del Espíritu Santo. Al final, el sentimiento unánime era que la Provincia se estaba moviendo en la buena dirección, viajando juntos con un solo objetivo que nos unía a todos.

En este proceso de discernimiento se puso en práctica una de las Preferencias Apostólicas Universales: «Mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento». La interpretación de las conversaciones ocupó desde abril hasta agosto de 2018. En todas las sesiones plenarias, los colaboradores informaban de las conclusiones de los discernimientos en grupo, de forma que se alcanzaba claridad y acuerdo. Por eso un gran porcentaje de los jesuitas de la Provincia se sintió cómodo con la creación de la JCM como región independiente.

La Provincia experimentó alegría y consolación por los obstáculos superados y por los objetivos conseguidos. Al avanzar en la conversación espiritual se iba experimentando un sentimiento de paz y libertad interiores, y hubo muchos que manifestaron que el Señor estaba conduciendo a la Provincia en la dirección correcta. El proceso conjunto de conversación espiritual había favorecido la calidad y el crecimiento de la misión apostólica al servicio de la gente. Esta enriquecedora experiencia espiritual de estar juntos que compartimos en el proceso de discernimiento debería continuarse en todos los niveles de la vida/misión de los jesuitas en todas partes.

[Artículo de la publicación "Jesuitas - La Compañía de Jesús en el mundo - 2020"]