Timor Oriental: tierra de juventud y de desafíos para los jesuitas

Durante la semana del 13 al 17 de julio, la agenda del Superior General de los jesuitas estaba reservada para una visita a Dili, Timor Oriental. La pandemia de coronavirus le impidió llegar allí. Es un pequeño país de 1.200.000 habitantes que ocupa, como su nombre lo indica, la parte oriental de la isla de Timor en el archipiélago indonesio. Muchos jóvenes, mucha pobreza - el 50% de la población vive con menos de 1,25 dólares al día - un país en crecimiento pero que se enfrenta a enormes desafíos. El territorio, que durante mucho tiempo fue una colonia portuguesa, fue anexado en 1975 por Indonesia. Una guerra sangrienta duró años y condujo a una declaración unilateral de independencia en 1999. El país fue reconocido por las Naciones Unidas en 2002, el antepenúltimo en ser reconocido (antes de Montenegro en 2006 y Sur Sudan en 2011).

Los misioneros jesuitas han estado presentes allí durante mucho tiempo. Ahora, de los 46 miembros de la Región Independiente, 35 son timorenses y 11 extranjeros. Hay que señalar, sin embargo, que 24 de los 35 jesuitas originarios de Timor Oriental son escolásticos. Son muy pocos los sacerdotes formados. Una de las herencias del pasado colonial de Timor es el lugar de la Iglesia Católica en su sociedad: el 97% de la población se considera de fe católica.

Éstos son los antecedentes que el Superior Regional de los jesuitas, el P. Joaquim Sarmento, presentó a la reunión de los Provinciales del Asia Pacífico antes de exponer la situación de su Región. Lo hizo por medio de una presentación audiovisual ya que, debido a la pandemia, la reunión se celebró de manera virtual. La visión y misión específicas definidas por los miembros de la Región ponen de relieve las raíces culturales y religiosas del país. Como compañeros de discernimiento, los jesuitas quieren servir la fe, así como promover la justicia y la reconciliación para el desarrollo integral de los pueblos de Timor Oriental. Esta visión inspira el Plan Estratégico 2019-2023 y orienta las prioridades apostólicas de la Región.

2020-07-20_etr_choir

Al ofrecer un servicio de la fe basado en la espiritualidad ignaciana, los jesuitas quieren compensar una pobreza en la enseñanza de los valores religiosos para ayudar a la gente a vivir una vida cristiana de calidad, más allá de las tradiciones seculares que a menudo han mezclado los verdaderos fundamentos de la fe con elementos culturales o religiosos tradicionales. Al afirmar este deseo, los jesuitas reconocen que su propia fe se renueva y profundiza por el contacto que tienen con la fe de las personas a las que sirven. Quieren difundir el uso de los instrumentos de la espiritualidad ignaciana, que ayudarán al pueblo de Timor Oriental a encontrar a Cristo amoroso y misericordioso. Se comprometen a ofrecer una fe que respete la cultura local, una fe que sea vivificante, alegre y compartida, una fe que dé testimonio de los valores del Cristo del Evangelio.

La promoción de la dignidad humana y la justicia es primordial y los jesuitas lo hacen a través de la educación, la formación y la capacitación. El país es todavía muy joven y tiene un largo camino por recorrer para vivir una verdadera libertad, para ofrecer a su pueblo lo que necesita a fin de salir de la pobreza, del desempleo y de la debilidad de un sistema jurídico expuesto a la corrupción. El pueblo de Timor Oriental sufre y los jesuitas quieren contribuir a la construcción de un futuro mejor, en particular formando a los jóvenes en el discernimiento y el pensamiento crítico, pero también demostrando que el futuro se construirá sobre el altruismo de cada persona gracias al cual se compromete por el bien común más allá de su familia. Acompañar a líderes de mente abierta que mostrarán no sólo competencia sino también compromiso con la paz y la reconciliación es la orientación educativa que la Compañía de Jesús quiere promover en Timor Oriental.

2020-07-20_etr_palm

Y, por supuesto, en unión con los compromisos de la Compañía universal, el compromiso de reconciliación a través de la colaboración también está en el orden del día. La reconciliación con Dios, con los demás y con la creación. Este es el camino hacia el desarrollo real e integral de la sociedad timorense y esto sólo puede hacerse en colaboración con tantos otros actores de la sociedad, incluido el gobierno. La necesidad de reconciliación entre las personas es, por supuesto, muy sentida en un país que ha estado dividido y que ha atravesado recientemente una guerra. Los jesuitas quieren participar plenamente en este esfuerzo de reconciliación, pero sólo pueden hacerlo junto con colaboradores e instituciones no sólo de dentro del país sino también de fuera. Se necesita más cooptación y colaboración, evitando un clima de competencia inútil. Con este espíritu, los jesuitas de Timor no tratarán tanto de crear nuevas empresas como de promover el diálogo y la reconciliación entre todos con miras a una verdadera colaboración.

En la última parte de la exposición de Joaquim Sarmento se destacaron los numerosos retos que afronta la región, que se han visto agravados por la pandemia de la Covid-19. Entre ellos figuran la inestabilidad política y sus consecuencias, la necesidad de jesuitas experimentados y venidos de fuera para la formación, la falta de recursos para ofrecer los servicios espirituales que se esperan de los jesuitas en tiempos de crisis y, en general, la difícil situación financiera de la Región.

Se puede ver la presentación audiovisual de la Región haciendo clic aquí.

Comparte este artículo:
Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
Communications Office
El Servicio de Comunicaciones de la Curia General publica noticias de interés internacional sobre el gobierno central de la Compañía de Jesús y sobre los compromisos de los jesuitas y sus partenarios. También se encarga de las relaciones con los medios de comunicación.

Noticias relacionadas