Contribución de los jesuitas a la construcción nacional en Asia meridional
Desde que la Iglesia católica empezó a articular su pensamiento social, a partir de la encíclica Rerum novarum del papa León XIII, la Compañía de Jesús ha estado activa en el terreno social como parte de su trabajo pastoral con los católicos. Sin embargo, la semilla de una mayor implicación de los jesuitas en el ámbito social puede remontarse a la carta del Superior General, padre Juan Bautista Janssens, SJ, titulada «Instrucción sobre el apostolado social» del 10 de octubre de 1949, que abogaba por una nueva «mentalidad social» entre los jesuitas, la cual requería una revisión de los programas de formación de los jesuitas y del currículo educativo en los colegios y universidades de la Compañía, así como la apertura de centros especializados de investigación y acción social.
En respuesta a esta iniciativa, el padre Jerome D´Souza, SJ, famoso
educador y miembro de la Asamblea Constituyente de la India que aprobó la
constitución india de 1949, fue llamado por el Superior General para poner en
marcha un instituto que «contribuyera al surgimiento de un nuevo orden social
en la India independiente». Con la fundación en 1951 del Indian Institute of
Social Order (Instituto indio del orden social), más tarde rebautizado como
Indian Social Institute (Intituto social indio) y trasladado de Pune a
Delhi, comenzó el viaje del compromiso de los jesuitas con el apostolado
social.
En 1951 nació también la revista trimestral Social Action (Acción social), para publicar artículos que reflexionaran sobre las realidades sociales de Asia meridional. El instituto se esforzó por configurar la política social y empoderar al pueblo y a sus organizaciones mediante el conocimiento social para su propio desarrollo. Comenzó también a establecer en varios lugares del país centros académicos y de formación sobre teoría y práctica social, como el Xavier Institute of Social Service (XISS - Instituto Javier de Servicios Sociales) en Ranchi.
Los esfuerzos por mejorar la producción agrícola llevaron al establecimiento de Action for Food Production (AFPRO - Acción para la producción de alimentos), que hoy en día está dirigido por laicos. Desde mediados de los sesenta, los jesuitas pusieron en marcha centros sociales en diversos lugares del país. Como ejemplo, el centro social Ahmednagar se fundó en 1966 para realizar un trabajo pionero en la mejora de la vida de los agricultores y de las comunidades rurales mediante el desarrollo de regadíos.
El Secretariado para los Jesuitas en la Acción Social (JESA) se inició
formalmente en 1973 con el fin de responder al mandato de fe y justicia de la
Congregación General 32 en Asia meridional. El compromiso social de los
jesuitas incluyó la educación no formal, los grupos de autoayuda (self help
groups, SHGs) y la promoción de las cooperativas, la acuicultura, la
agricultura sostenible, la biodiversidad, la protección del medio ambiente, la
seguridad alimentaria y de los medios de subsistencia y el derecho a la tierra.
Además de abordar el desarrollo, los jesuitas se involucraron también en la promoción de los derechos humanos, especialmente de los dalits (intocables), los tribales (pueblos indígenas), las mujeres, las minorías y los trabajadores informales. Los centros jesuitas también se mantuvieron activos en temas políticos, como la promoción de la democracia participativa, el secularismo, el pluralismo y la construcción de la paz.
Los jesuitas han estado implicados, además, en tareas de rescate y rehabilitación después de inundaciones, terremotos y conflictos en la región. Para agrupar a todos los centros sociales jesuitas en una misma plataforma, en 2002 se constituyó la South Asian Peoples Initiatives (SAPI - Iniciativas de los pueblos de Asia meridional), que participó en reuniones del Foro Social Mundial en la India y en otros países.
En tiempos más recientes, el JESA ha estado trabajando en el desarrollo
del liderazgo y el empoderamiento de comunidades marginadas. Una iniciativa en
este sentido ha sido Jan Netritva Pahal (Iniciativa para el liderazgo
popular), en la que participan centros sociales de seis Provincias jesuitas
intentando fortalecer las capacidades de liderazgo de los tribales. Sin
embargo, una innovación importante en lo social ha sido Lok Manch
(Plataforma del pueblo), iniciada en 2015, que implica a 15 Provincias y
Regiones jesuitas de Asia meridional.
Esta iniciativa ha sido singular en muchos aspectos. En primer lugar, es una plataforma de 100 organizaciones, que ejemplifica el espíritu de colaboración y trabajo en red, puesto que es un esfuerzo colaborativo entre organizaciones jesuitas, diocesanas, de religiosos y religiosas, de otras confesiones cristianas, hindúes y musulmanas. En segundo lugar, ha adoptado un enfoque basado en los derechos, asegurando que los miembros de Lok Manch se conviertan en catalizadores de la transformación social, empoderando a los líderes de las comunidades marginadas con el conocimiento, las habilidades y las perspectivas sociales que permitan a estas disfrutar de sus derechos y beneficios legítimos. En tercer lugar, esta plataforma popular adopta una perspectiva dual: por una parte, asegura la correcta aplicación de las leyes y las políticas existentes, mientras que, por otra, se implica en acciones a nivel local, estatal y nacional para exigir nuevas políticas socialmente relevantes y cambios en las políticas y las leyes existentes en beneficio de los sectores marginados de la sociedad. Por último, esta iniciativa es un ejemplo de la cooperación global apoyada por Misereor y por los miembros de la Xavier Network (Red Javier).
Hoy en día, los jesuitas de Asia meridional involucrados en el
apostolado social siguen contribuyendo enormemente a la construcción nacional
al empoderar a comunidades marginadas e influir en el discurso sobre política
social de los países de Asia meridional.
[Artículo de la publicación "Jesuitas - La Compañía de Jesús en el mundo - 2020", por Denzil Fernandes SJ]