En la serie que sigue a la reciente reunión de Superiores Mayores de la Conferencia Jesuita de Asia Meridional (JCSA), he aquí el último de tres artículos que nos invitan a descubrir la Provincia de Madurai, en el extremo meridional de la India. Tras un repaso histórico y una mirada al apostolado social de los jesuitas, he aquí un retrato de los compromisos de la Provincia en el campo de la educación. Como en la mayoría de las Provincias jesuitas de la India, las instituciones educativas representan una importante contribución de la Compañía de Jesús a la sociedad civil y a la Iglesia.

Educación primaria y secundaria: capacitar a los marginados

Al llegar a Tamil Nadu con la intención de evangelizar, los jesuitas franceses visionarios optaron por predicar el Evangelio a través del apostolado de la educación. La primera escuela se abrió en 1844.

Las escuelas de la Provincia de Madurai cumplen fielmente su misión capacitando a los marginados gracias a una educación de calidad. Veamos algunas estadísticas: hay 14 escuelas de primaria y secundaria que atienden a unos 25.000 alumnos, la mayoría de los cuales proceden de comunidades marginadas o rurales. Seis centros ofrecen también internado. El 21% de los alumnos son católicos. De los 895 miembros del personal, 38 son jesuitas, lo que representa el 12% de los miembros de la Provincia.

Todas las escuelas jesuitas están subvencionadas por el gobierno y ofrecen educación completamente gratuita, principalmente a los pobres, con una opción especial y una preferencia por los dalits. También en la selección de profesores se da preferencia a los dalits. Las escuelas gozan de una buena reputación y son muy apreciadas por la población, principalmente por la disciplina, la formación del carácter y el buen nivel académico. La excelencia humana es el sello distintivo de las instituciones jesuitas. Dado que el perfil de los alumnos es mayoritariamente el de marginados y de alumnos de primera generación, se enfatiza y se promueve la excelencia académica. Varias actividades estudiantiles garantizan el desarrollo humano integral de los alumnos. Entre ellas, cabe mencionar el LASAC (Leadership and Social Awareness Camp), una rama de los esfuerzos educativos jesuitas orientada a promover futuros líderes ilustrados, con conciencia y compromiso social.

La práctica cotidiana del Examen Ignaciano es otra característica de las escuelas. Orientadores formados profesionalmente proporcionan un acompañamiento más cercano a los alumnos lentos, a los problemáticos o desviados. La Provincia jesuita y las propias escuelas organizan a lo largo del año programas de formación continua para el personal. Todo eso contribuye a formar jóvenes capaces de responder a los desafíos actuales y a las cuestiones emergentes mediante acciones concretas. Podemos mencionar que las asociaciones de antiguos alumnos son muy activas. Muchos ex alumnos mantienen y alimentan el espíritu de servicio a la humanidad que sufre. Los es alumnos también participan en el desarrollo de las infraestructuras, en los programas de becas y de adopción de alumnos, y en otras actividades relacionadas con su profesión.

Este panorama ampliamente positivo no implica que las instituciones educativas jesuitas no se enfrenten a retos. El hecho de estar subvencionados por el gobierno implica interferencias y controles burocráticos que pueden reducir el carácter único e independiente de las escuelas. Y después del Covid, se observó que los jóvenes eran más dependientes que antes de las redes sociales y de las drogas, y que su motivación y concentración habían disminuido. El nivel de compromiso del personal laico e incluso la experiencia profesional de los administradores jesuitas requieren también una atención constante.

En general, se puede afirmar que la educación jesuita en Madurai es un apostolado bien integrado y con una visión y una misión comunes. Sus actividades, la reflexión colectiva y los planes de acción, se esfuerzan por proporcionar un desarrollo integral para los alumnos, para la Mayor Gloria de Dios.

La enseñanza superior: una respuesta creativa a los nuevos retos

Incluso antes de que se introdujera el sistema universitario en la India, los misioneros franceses contemplaron la posibilidad de crear un colegio universitario en la Provincia de Madurai con el objetivo de “formar hombres católicos que se hicieran jesuitas en el futuro”. En la actualidad, la Provincia de Madurai gestiona tres facultades de Artes y Ciencias, dos escuelas de Comercio y una facultad de Educación.

Para responder a las necesidades emergentes de la sociedad, las facultades han creado programas pioneros como las Ciencias del Desarrollo Rural, el Master en Aplicaciones Informáticas (MCA), el Folklore, la Comunicación Visual, la Ciencia de los Datos, etc., Los programas están pensados como modelos de desarrollo sostenible que ofrecen una formación holística a los estudiantes, ayudándoles a convertirse en hombres y mujeres para los demás.

La All India Catholic University Federation, un movimiento juvenil, se originó en el St Joseph’s College hace 99 años y se extendió por todo el país. Su objetivo es inculcar un pensamiento crítico que ayude a los estudiantes a trabajar por los cambios estructurales en nuestra sociedad fracturada. El programa complementario Science and Humanities for People’s Development (SHEPHERD - Ciencia y Humanidades para el Desarrollo de las Personas), el primero de este tipo en la India, prevé la aplicación de los principios de las ciencias y de las humanidades aprendidos en clase para utilizarlos en el desarrollo de los pobres en aldeas remotas, y para servir como instrumentos para la transformación de la sociedad. Otras universidades jesuitas han seguido el ejemplo adoptando con éxito programas complementarios similares. La formación integral ayuda a los estudiantes a valorizar la vida, a celebrar la diversidad, a respetar las otras religiones en nuestro contexto pluralista, y a convertirse así en testigos de los valores evangélicos.

El acceso, la equidad y la excelencia son las características de las instituciones de la Compañía de Jesús. Interpelados por la llamada profética de la 32ª Congregación General, los jesuitas decidieron seguir la opción preferencial por los marginados y darles los medios de actuar. La nueva visión de la educación, promulgada por la Provincia jesuita de Madurai, permitió a los colegios ofrecer un plan de estudios significativo y socialmente relevante. Es una obra de amor de los jesuitas y del personal que sigue dando frutos.

Artículo preparado con la colaboración de S.M. John Kennedy, SJ, y Xavier Arockiasamy, SJ.