El espíritu y la vida del pueblo en Bukidnon

2020-01-24_walpole_main

La Provincia de Filipinas de la Compañía de Jesús es conocida sobre todo por su participación en la enseñanza en las ciudades más importantes del país. Pero los jesuitas están también presentes, con una diversidad de obras, en lugares alejados, compartiendo la vida de los indígenas o de los migrantes que son a menudo olvidados por esta sociedad moderna acelerada. Uno de esos espacios es el Distrito de la Misión de Bukidnon, en el norte de Mindanao. Hemos encontrado a Pedro Walpole, uno de los jesuitas que es el epicentro de diversos proyectos en la región. Le preguntamos primero sobre la vida de la gente de la zona. Habla con pasión.

La gente pertenece a la tierra. Ellos están viviendo con la tierra, respetándola, alimentándola. Gracias a ella, saben quiénes son, a diario experimentan el sentido de la vida. Es a veces duro, no sin dolor, duda o pérdida. Existe un sentido de comunidad.

Fui invitado por el datu (líder local) para compartir esto hace casi 30 años como sacerdote jesuita; la comunidad me ofreció asilo. Mucho ha cambiado desde entonces, y más rápidamente en los últimos 10 años, a medida que los jóvenes acceden, al vivir en la ciudad, a otras formas de ganar dinero y cosas materiales que cambian sus formas de relacionarse, de ver el mundo, de buscar un sentido. Las nuevas perspectivas y la vulnerabilidad, las experiencias inmediatas, los momentos estimulantes y el inicio de la vida familiar están a menudo ahí. Pero las decisiones o acciones no siempre son claras o enriquecedoras; la visión compartida de cómo abordar el futuro no está clara.

En este contexto, encuentro el sentido de mi vocación jesuita. La escucha, la sencillez, el consuelo y, sí, el amor. No es fácil para mí decir o compartir esto ya que tengo un carácter con limitaciones que saltan a los ojos de la gente. Necesito escuchar cada vez más, para discernir no sólo sobre el trabajo sino también sobre los detalles cotidianos de la vida que se me presentan. Es una invitación a acompañar. Bukidnon es mi Galilea, intento constantemente caminar con Jesús y no llego. De alguna manera celebramos juntos ese fracaso y nos arremangamos para seguir adelante.

2020-01-24_walpole_cross

Los pobres son mayoría en las zonas rurales del mundo; no todos tienen la experiencia y la paciencia para cultivar bien los alimentos. Aquí la gente vive dependiendo de la tierra y del agua que se extrae diariamente gracias a la creación renovada que co-creamos. La diversidad de los apostolados jesuitas depende en su integridad de su conexión con la tierra, con la vida de la gente e incluso con sus actividades comerciales locales. Nosotros, los jesuitas, queremos participar humildemente en lo que la gente comparte de la tierra, pero también de tantas otras cosas, incluyendo los problemas o la belleza de la comunidad y del paisaje.

Entre los desafíos específicos a los que hacemos frente para seguir apoyando el verdadero progreso humano, psicológico y espiritual de la población el que domina es una reflexión fundamental sobre las necesidades específicas en educación. No basta con ser una escuela católica y cumplir con los requisitos del Departamento de Educación para que los jóvenes contribuyan localmente y se conviertan en líderes en su propia cultura. Debemos facilitar la reflexión y el discernimiento como procedimientos clave en el acompañamiento de los jóvenes “en los márgenes”. La investigación y el rigor intelectual son vitales para entender la globalización a nivel local. Hablando concretamente de la vida de Bukidnon, la práctica del discernimiento es el mayor regalo que podemos compartir en los retiros, escuelas y centros pastorales. Necesitamos seguir buscando alternativas, no el modus operandi habitual.

En mi caso personal, soy especialista en hidrología y gestión del agua. Aporto mi contribución dirigiendo o acompañando proyectos en este campo. El agua es vida. Experimento diariamente la creación de vida a través del ciclo del agua que ponen en juego la tierra y el cielo. El agua es salud, el cimiento de la sociedad. He visitado todas las fuentes de agua de la comunidad en el valle. He caminado por la mayoría de las cuencas. Ahora el mantenimiento es el principal desafío. Los gobiernos locales deben tomar conciencia de la importancia del mantenimiento, El mantenimiento de los recursos acuíferos y la moderación son las claves para sostener el desarrollo humano integral.

Comparte este artículo:
Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
Communications Office
El Servicio de Comunicaciones de la Curia General publica noticias de interés internacional sobre el gobierno central de la Compañía de Jesús y sobre los compromisos de los jesuitas y sus partenarios. También se encarga de las relaciones con los medios de comunicación.

Noticias relacionadas