El río de la vida está amenazado

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La apuesta por la Amazonia y la ecología integral en acción

Las complejidades y problemáticas del territorio panamazónico, usualmente visto como un bosque y una cuenca hidrográfica deshabitados, están estrechamente ligadas a su historia, herida por la excesiva extracción de recursos naturales (minero-energéticos y madereros, entre otros), los megaproyectos y la deforestación, así como por la migración y urbanización acompañadas del empobrecimiento de los pobladores, entre otras situaciones que amenazan a todas las formas de vida, ocasionando la pérdida de la diversidad biológica y cultural y causando cambios medioambientales y sociales a escala mundial. También es importante reconocer que las causas de estos problemas tienen una dimensión global, asociada al modelo capitalista de acumulación, que demanda y depreda los recursos del bosque, produciendo daños al territorio y violaciones de los derechos humanos.

Tanto las amenazas a las que se enfrentan los pobladores amazónicos como su riqueza son, sin duda, un contexto desafiante para la misión de la Compañía en el servicio de la fe y la promoción de la justicia. Si bien con la Congregación General 33 (1984) aparece expresamente el interés por lo ecológico, el compromiso con el territorio amazónico se remonta al siglo XVII, con las misiones y la presencia de jesuitas destacados como Samuel Fritz, gran conocedor del río Amazonas, a quien se debe una de las cartografías más completas de la región. «Samuel Fritz» es el nombre de la comunidad interprovincial ubicada en Leticia (Colombia) –en la triple frontera compartida con Brasil y Perú– del Servicio Jesuita a la Panamazonia (SJPAM) de la Conferencia de Provinciales de América Latina y El Caribe (CPAL).

La CPAL, en su Plan Apostólico de 2011, asumió la Amazonia como una prioridad. Este vasto territorio, que involucra nueve países, también cuenta con la presencia, en algunos de ellos, de comunidades y obras: parroquias, centros de espiritualidad, centros sociales y redes que trabajan con indígenas, niños y jóvenes. Ante la necesidad de responder de manera articulada a los desafíos y de potenciar la presencia de los jesuitas en el territorio, surgió, en 2013, el SJPAM, cuyo objetivo es «contribuir a la defensa y promoción de la vida, los derechos y territorios de los pueblos indígenas y de un medio ambiente sostenible en la Panamazonia». Desde el inicio hemos sido llamados a animar y dinamizar la presencia de la Compañía en la Amazonia y a prestar un mejor servicio al territorio y sus pobladores mediante las redes de la CPAL, centrándonos en dos focos: los pueblos indígenas y la sostenibilidad socioambiental. Esto nos ha llevado a asumir el reto de poner en acción la «ecología integral» que nos propone Laudato si’ cuando nos invita a reconocer que la naturaleza no está separada de nosotros y, por lo tanto, las preocupaciones medioambientales tienen también un efecto social que a menudo sufren más los sectores vulnerables históricamente empobrecidos, como son los indígenas y demás habitantes del bosque.

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En cuanto al servicio de la fe y la promoción de la justicia, se debe reconocer el trabajo de las diferentes presencias de la Compañía: del Servicio de Ação, Reflexão e Educação Social (SARES - Servicio de acción, reflexión y educación social) en Brasil, del Servicio Agropecuario para la Investigación y Promoción Económica (SAIPE) en Perú y de las redes de la CPAL, como la Red Indígena, las Universidades y Fe y Alegría. Con estas dos últimas se han realizado acciones conjuntas a favor del territorio. Como servicio a la Iglesia, apoyamos el fortalecimiento de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y participamos intensamente en las actividades del sínodo de 2019 («Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral»). La consulta sinodal pasó por procesos de escucha a los habitantes de la Amazonia, con reflexiones que superan el ámbito eclesial del bioma, porque le hablan a la Iglesia universal y afectan a la suerte del planeta, como afirma el documento preparatorio. En este proceso se involucró la Compañía universal a través de las redes de universidades y también de Ecojesuit. Sin duda, el sínodo amazónico marcará las bases para una Iglesia en salida y con «rostro amazónico», es decir, una Iglesia que repiensa sus métodos, abierta al diálogo intercultural e interreligioso, y que se construye caminando con los pueblos y acogiendo lo que tienen para enseñarnos.

Recordamos las palabras del Papa Francisco en Puerto Maldonado, invitándonos a amar esta tierra como un tesoro para disfrutar y no como un objeto para descartar, y a valorar y respetar a los pueblos indígenas, que con sus riquezas espirituales y teológicas deben ser ejemplo y protagonistas de prácticas de cambio.

Son muchos los desafíos que tenemos como Iglesia y como Compañía de Jesús en este territorio, que cada vez más se convierte en un espacio estratégico en la defensa de la vida y de los derechos de los pueblos originarios. Consideramos que estamos en el camino de ir haciendo realidad algunas de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús, recientemente definidas, lo cual va a exigir un mayor compromiso por nuestra parte.

[Artículo de la publicación "Jesuitas - La Compañía de Jesús en el mundo - 2020"]

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Publicado por Communications Office - Editor in Curia Generalizia
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El Servicio de Comunicaciones de la Curia General publica noticias de interés internacional sobre el gobierno central de la Compañía de Jesús y sobre los compromisos de los jesuitas y sus partenarios. También se encarga de las relaciones con los medios de comunicación.

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