Por P. A. Chacko, SJ

Hace ya largo tiempo que la Compañía trabaja con las tribus Santal, grupos étnicos originarios de varios estados orientales de la India: Jharkhand, Bihar, Bengala Occidental y Odisha. Los jesuitas de la Provincia de Dumka-Raiganj han tomado parte en diversas acciones sociales y educativas orientadas a mejorar la vida de las comunidades de aquellas tribus. Uno de los pioneros de la misión que la Compañía de Jesús tiene en Santal, en la Provincia de Dumka-Raiganj, es el P. Anthony Debono.

El P. Debono, nació en Victoria, ciudad de la isla de Gozo, en Malta, hijo de la piadosa familia de Giovanni Maria y Rosa Maria Debono.

Tras sus estudios en el seminario de Victoria, ingresó en la Compañía de Jesús en Palermo el 15 de septiembre de 1904. Fue ordenado sacerdote el 25 de julio de 1920 y pronunció sus votos perpetuos en 1924.

Siguiendo el espíritu ignaciano del “Tomad y recibid”, se ofreció voluntario para la Misión india de Santal. A su llegada a la India, se alojó con los padres italianos del P.I.M.E. en Dinajpur (ahora Bangladesh) para aprender la lengua tribal santali, a la vez que se familiarizaba con las costumbres y la vida de la tribu santal.

Inmediatamente después se trasladó a Majlispur y allí se estableció el 9 de marzo de 1925 para llevar a cabo su pionera labor. En aquel lugar encontró tribus santal que habían emigrado de la vecina Santal Parganas, en la antigua Bihar (ahora Jharkhand).

Su familiaridad con la lengua santalí supuso una útil herramienta a la hora de atraer a la comunidad local. Muchos comenzaron a expresar su deseo de pertenecer a la fe cristiana. El P. Debono los acogía con su generoso corazón, al tiempo que, con gran visión, profundizaba en sus problemas sociales y económicos.

Como emigrantes que eran, los santalianos rebosaban de deudas con los terratenientes y los prestamistas. Existía una explotación galopante. Para él, el apostolado de la Buena Nueva significaba también prestar mucha atención a los problemas de explotación y esclavitud que originaban los poderosos locales. Leemos en su diario parroquial: “La opresión de los pobres es más cruel que nunca este año... Debería acudir a varias instancias para que se haga justicia a nuestra gente”.

No es de extrañar que el propio P. Debono se convirtiera en víctima propicia ante la ira de los opresores, que trataron de llevarlo a los tribunales. Los terratenientes llegaron a obligar a los santalianos a no trabajar para el P. Debono, incluso cuando éste quiso construir, antes de la llegada del monzón, una modesta choza en que poder vivir.

No dejándose abatir, el padre Debono siguió adelante en su empeño, sin dar marcha atrás. Escribía: “A pesar de todo, no me desanimo. Todos los comienzos son duros, y cuanto mayores sean los sufrimientos en el presente, tanto mayores llegarán en el futuro las bendiciones sobre esta Misión”.

Si Majlispur se convirtió en el epicentro de nuestro apostolado misionero, fue gracias al espíritu pionero de este gran misionero y a su compromiso inquebrantable con los ideales de su Maestro, el Buen Pastor.

Contó con el gran apoyo del arzobispo Perier de Calcuta. A pesar del espíritu indomable y la confianza en el Señor del P. Debono, su salud debilitada y su tensión creciente tras once años en Majlispur, hicieron que el Arzobispo lo trasladara a Kidderpore, un barrio de la Calcuta metropolitana.

El P. Joseph Portelli, en una carta al Arzobispo Perier del 8 de enero de 1937, ha escrito las palabras más acertadas sobre este gran misionero: “Es asombrosa la cantidad de trabajo que este hombre ha podido realizar a lo largo de todos estos años, estando prácticamente solo”.

Posteriormente regresó de nuevo a la misión de Santal para trabajar en Torai, Guhiajori y Cilimpur. El 14 de julio de 1956, tras años de incansable servicio, se entregó al Señor entrando en el descanso eterno. La semilla plantada en Majlispur el 9 de marzo de 1925 se ha convertido hoy en un enorme y fecundo árbol: las tres grandes diócesis de Dumka, Raiganj y Purnea. El P. Gauci Sacco, jesuita maltés de la Provincia de Dumka-Raiganj, en su libro La Misión de Santal, resume acertadamente quién fue y qué significó el P. Debono: “Un Pionero, que, inmerso valientemente en el fragor de la batalla y siguiendo fielmente las huellas de su Divino Maestro en el camino real del dolor y el sufrimiento, era capaz de repetir sonriendo y con el sentido del humor y la palabra oportuna que eran característicos en él, aquella expresión típica suya: Afronta la vida como viene, con una sonrisa”.