En Jamshedpur, la JCSA pasa revista a la formación inicial de los jesuitas
Por Stanislaus
D’Souza, SJ
Presidente de la JCSA
Con ocasión del jubileo de platino de la Provincia, el Provincial de Jamshedpur ha invitado a la Conferencia de Asia Meridional (JCSA) a celebrar una de sus reuniones bianuales, la de febrero de 2023, en nuestra Xavier School of Management de Jamshedpur, una de las calificadas como de excelencia.
La reunión de la JCSA de Jamshedpur ha sido muy especial por varias razones. En primer lugar porque la JCSA se reunía en el “Karma Bhoomi” - el territorio de misión - del P. Stan Swamy. Esto significaba un impulso más para que interpretásemos los signos de los tiempos y cobrase más relieve nuestra vida-misión.
Entre
los 27 participantes había Superiores Mayores y Asistentes regionales, algunos
llegados de lugares tan lejanos como Roma, Nepal y Sri Lanka, o tan cercanos
como Ranchi, Hazaribagh y Dumka, incluido el P. Vincent Hansdak, Provincial de
la Provincia de Hazaribagh, cara nueva en el grupo. Al tratar alguno de los temas
fue imprescindible usar el discernimiento.
A pesar de lo apretado del programa, hubo lugar y tiempo para muchas tareas: los Superiores Mayores pudieron compartir sus consolaciones y desolaciones, sus dificultades y oportunidades. Tuvimos tiempo también para escuchar a los secretarios de la Conferencia así como a los coordinadores de foros y redes, gracias a cuyo liderazgo ha encontrado acompañamiento un grupo de jesuitas de las obras de la Conferencia. Tuvimos también ocasión de escuchar a un buen número de expertos - formadores entre otros - que nos hablaron sobre el tema específico de la reunión, es decir, las fluctuantes tendencias y los desafíos que afectan a la formación inicial en Asia Meridional. Dedicamos los dos últimos días a resumir e integrar las diferentes aportaciones, a perfilar el discernimiento y tomar las decisiones oportunas.
Tomaron la palabra también los Asistentes Regionales, PP.Vernon D’Cunha y George Mutholil.El P. Mark Ravizza nos informó sobre el estado de la formación en la Compañía universal, compartiendo ideas para que la formación en Asia Meridional se convierta en una formación más eficaz y más transformadora.
De
esta reunión de la JCSA nos llevamos, sin duda, un conocimiento más profundo de
la formación inicial, muy en particular de los progresos y luchas de los que
están en formación y de la experiencia que tienen los formadores de esa etapa. Son
muchas las cosas por las que tenemos que dar gracias a Dios. Aun así, el
contexto del que provienen los jesuitas que tenemos en formación, las muchas
familias disfuncionales, la invasión de los medios sociales y la tecnología y
la presión de los compañeros, nos urgen a renovar nuestras estructuras de
acompañamiento, nuestros programas de formación y nuestras instalaciones, de
modo que hagan de nuestros jóvenes hombres transformados, de mayor profundidad
espiritual e intelectual y más comprometidos con la Iglesia y la Compañía.
Además de los temas citados reflexionamos sobre la miseria que nos rodea. Estuvieron muy presentes en nuestros debates tanto el devastador terremoto que se ha cobrado más de 41.000 vidas y ha destruido tantas propiedades en Siria y Turquía, como el hambre, la malnutrición, la intolerancia y la violencia que han dejado indefensas y sin esperanza a muchas personas en Asia meridional. Esto ha constituido un reto innegable para nuestra capacidad de discernir en común como cuerpo apostólico. A pesar de todo, y como exigen nuestro carisma y nuestra espiritualidad - la mística ignaciana, que solemos llamar mística del servicio, mística de ojos abiertos - hemos mantenido estrecho contacto con el mundo para realizar un buen discernimiento.
Al concluir
la reunión, y como presidente de la JCSA, me siento contento. Creo que tenemos
buenas razones para sentirnos satisfechos, tenemos algo que nos hace sentir
bien y que nos acompaña al retornar a nuestra misión. La JCSA ha ido creciendo a
lo largo de los años como organismo, como comunidad de discernimiento, como
espacio de colaboración y de trabajo en red, como plataforma de solidaridad y de
corresponsabilidad. Nuestras reuniones han estado siempre marcadas por una
comunicación fluida, una seria capacidad de consulta y co-discernimiento, y por
el consenso. En mi opinión es la sinodalidad llevada a la práctica. La
discusión y el discernimiento nos han hecho vislumbrar una vez más esta
realidad.