Los jesuitas de Nepal han contribuido grandemente a proporcionar o mejorar servicios de educación a poblaciones marginadas. Un ejemplo llamativo de esta opción es la Moran Memorial School, que lleva el nombre de un jesuita pionero de Nepal, educador y radioaficionado ‘amateur’. El P. Boniface Tigga, que ha sido Superior Regional y es el actual director de la escuela, nos habla de la historia, el incremento y el actual impacto de Moran Memorial en el este de Nepal.

En 1999, la Nepal Jesuit Society -nombre oficial de la Compañía de Jesús en el país- inauguró Moran Memorial School en una aldea, por nombre Maheshpur, en el distrito de Jhapa, con el único propósito de proveer una educación decente a los hijos de los trabajadores de las plantaciones de té que de otra forma no habrían tenido oportunidad de recibir una escolarización idónea. Los jesuitas eligieron este lugar, que está lejos de la ciudad, para atender a una comunidad menesterosa. La mayoría de los habitantes pertenecen a cuatro tribus y trabajan en la plantación de té de Budhkaran. La escuela fue creada como un gesto de servicio social. En la actualidad, atiende a 518 alumnos desde el jardín de infancia hasta el décimo curso: 261 niñas, 257 niños y cuenta con un personal de 32 miembros. Alrededor del 98% de los padres nunca tuvieron oportunidad de ir a la escuela. En consecuencia, nuestros alumnos son la primera generación que recibe una educación escolar.

Para aquellos que pueden permitírselo, la cuota mensual que se pide a la familia, por cada alumno, es de 550 rupias nepalesas (alrededor de 5,50 dólares americanos (USD)). Los padres de los estudiantes, que son jornaleros, por ejemplo en las plantaciones de té, ganan alrededor de 350 rupias (3,50 USD) por día. Esos salarios apenas alcanzan para su comida. En esos casos, cada alumno beneficia de una beca del 60% a cargo de la Compañía de Jesús de Nepal y los padres corren con el 40% restante. La escuela es, pues, una obra de caridad financiada por los jesuitas. Es al mismo tiempo un modelo y una escuela experimental para los jesuitas de Nepal.

Volviendo la vista atrás, la dirección de la escuela Moran Memorial puede sentirse orgullosa de haber contribuido en gran medida a la integración de un sector marginado de la población. Por supuesto, los desafíos no faltan. Uno de ellos ha sido el cambio del uso del idioma nepalés al inglés, respondiendo así a una necesidad muy sentida. La motivación y la promoción de los valores humanos y del Evangelio son también, en cierto modo, un desafío, y conseguir profesores competentes es otro objeto de preocupación para nuestra escuela.

Aun siendo una institución educativa también juega un papel pastoral en la zona. Ofrecemos nuestro ministerio a los fieles cada fin de semana en seis capillas. La formación en la fe, la animación juvenil, la constitución de comunidades de base, la formación de catequistas, el catecismo impartido con regularidad a los niños, la iniciación al liderazgo, la formación permanente de los maestros, la formación de los miembros del consejo parroquial son algunas de las prioridades de esta misión. Además, la escuela se esfuerza continuamente por promover el desarrollo integral de nuestros alumnos implicando a los padres en la educación de sus hijos.

El entorno del Moran Memorial es impresionantemente hermoso. La escuela está rodeada de plantaciones de té y de arrozales. El canto de los pájaros y las acrobacias incesantes de los monos, el aire fresco y los campos de té como verdes alfombras, todo ello provoca una especie de éxtasis a los que visitan este lugar. Año tras año, la población local ha ido comprendiendo mejor el valor de la educación y, como resultado, están motivados y muy contentos de poder proporcionar una educación escolar a sus hijos. La población se alegra de ver el drástico cambio en el entorno local. La educación abre las mentes para ver más allá del cultivo de té. La gente está siempre dispuesta a prestar servicios a nuestra escuela. De hecho, nosotros, los directivos de la escuela Moran Memorial, damos la bienvenida a todas las personas generosas - del entorno o también de lejos - que estén dispuestas a unirse a nosotros en nuestra misión de amor, atención y compasión para con los necesitados de nuestra zona.